La paradoja información-comunicación

Ese hijo en la medida que es dependiente de su aparato, desaprende a comunicar emociones, a gestionar, a manejar la frustración con los otros, a desarrollar tolerancia, y como consecuencia, se dificulta la enseñanza -aprendizaje de muchas cosas

Por: Dr. Jesús Cabral Araiza

 

“Solamente puedes aprender si tú mismo te abres a diferentes fuentes de información.”  Frank Tankerton, atleta

 

Hoy en día, vivimos cada vez a mayor velocidad informativa, pero, ¿qué tanto comunicamos?, y ¿principalmente a nivel personal en la interacción humana? Pues bien, pienso que la respuesta es más o menos coincidente entre quienes siguen estas líneas. No siempre el contar con mucha información es necesariamente estar comunicado. Hoy en día es fácil comprar para un padre de clase media o media alta un teléfono celular, que, aunque su función principal es ser usado para comunicarse, permite el aprendizaje de la comunicación indirecta o de plano la incomunicación humana. Explico, ese niño que quizás solo quería ver qué tanto pagaban por el aparato que demandaba, usa su dispositivo para entrar a redes sociales que no siempre sabe manejar y que está de más decir que son un peligro en dicho caso.

Contrario a lo que piensa el padre, ese hijo en la medida que es dependiente se su aparato, desaprende a comunicar emociones, a gestionar, a manejar la frustración con los otros, a desarrollar tolerancia, y como consecuencia, se dificulta la enseñanza -aprendizaje de muchas cosas, entre ellas valores humanos y uno de ellos fundamental, la comunicación integral humana.

Los padres

No pretendo culpabilizar, pero sí señalar como responsables a aquellos padres que no reflexionan en las consecuencias de dar a los hijos todo lo que demandan, peor aún, a sabiendas de que sólo demandan para ver hasta dónde logran que los padres accedan a dichas demandas y caprichos. Hay formas más constructivas de manejar la culpa de padres ausentes, periféricos o perplejos, no es saturando al niño de satisfactores en compensación por no saber ser padres o no querer ejercer dicha condición.

Los hijos 

Claro es que los hijos demandan atención, cariño, afecto y una serie de necesidades materiales, pero ello no implica que todo deba satisfacerse al pie de la letra, no piensan los padres que enseñarlos a manejar la frustración les ayudará en el desarrollo de su vida. Claro está que, si esos padres a su vez no aprendieron el valor de la frustración, no podrán enseñarlo. Es decir, no se puede dar o enseñar lo que no se tiene o lo que no se sabe.

Los medios

Si usted piensa en ciertas épocas del año, propicias para el consumismo y la mercadotecnia empresarial, no me dejará mentir cuando le digo que las empresas sólo piensan en usted como una pila de la “Matrix”. No se engañe pensando que realmente es parte de la familia “tal nombre de empresa”, pues lo será hasta que deje de consumir su producto. Y ya no hablemos de la saturación de información a manera de spots que estaremos recibiendo en estos meses, literalmente millones de veces que podremos estar “informados” de agendas e ideas de nuestros candidatos. Sin duda, una buena estrategia será discernir entre los medios respetables y los que no lo son, y aun así, ser muy críticos para distinguir la noticia del rumor, o la tendencia informativa de moda, pero que es financiada para no muy buenos fines.

¿Qué hacer?

Justamente, el planteamiento es, ante este panorama ¿qué hacer? Pues si usted es padre o tutor de infantes, protéjalos, dedíqueles calidad de tiempo, no tiene que ser mucho, pero sí constante y de calidad, en dónde ellos sientan realmente que son el centro de atención de usted. No compre aparatos caros, sus hijos no necesitan ser ostentosos, y menos un aparato que no le servirá para desarrollar habilidades humanas naturales, por el contrario, podrá ser iatrogénico.

Es más, intente hacer una vida más “regresiva” junto a él, juegue, haga marometas, ríase de sí mismo, juegue a la traes, los encantados, juegos motrices sencillos pero divertidos, busque la interacción humana y transmitir el afecto autentico a su hijo con esa calidad de padre que verdaderamente ama a su infante. Si fomentamos lo natural, lo artificial será una herramienta, no lo principal. Aprenda a vivir estando bien comunicado. Pase buen día.