Tomemos al toro por los cuernos

Red Interna / Humberto Famanía Ortega

Debemos de tener en mente a quienes han transformado de una manera hostil a nuestro amado Puerto Vallarta

Tenemos la ventaja en Puerto Vallarta, Jalisco, de ser un pueblo con nobleza. A veces nos dejamos llevar por el rumor y la flauta mágica. Cuando tocan nuestros intereses personales, brincamos sin importar a quiénes perjudicamos. Han ocurrido situaciones muy dolorosas en nuestro municipio que lo han perjudicado por decisiones que hoy en día afectan a nuestro entorno natural y a la economía de miles de vallartenses. Versiones vienen y versiones van, pero hasta este momento no hay posibles soluciones. Algunos personajes ligados con la política y la empresa expresan situaciones sin argumentos viables; simplemente hacen uso de su libertad de expresión y opinan.

Es tiempo de tomar al toro por los cuernos y hacer una cirugía mayor para encontrar soluciones en todos los aspectos, porque veo dolor, desilusión, e impotencia para encontrar eco a sus demandas más apremiantes de una tierra que nos ha dado todo. Esto último, que pareciera tan difícil o imposible, no lo es tanto. De algún modo, quienes sufren por estas situaciones y caen en el desánimo afectados por experiencias traumáticas, es hora de tomar las fuerzas necesarias para seguir adelante con su vida productiva y, por increíble que se presente, siempre habrá soluciones.

Son tiempos de propuestas y de renovar algunas cosas que perjudicarán a nuestro municipio si no tomamos las medidas apropiadas. Vivimos del turismo y para el turismo; sin esta actividad, estaríamos condenados al fracaso económico. Todo lo que incentive a lograr beneficios para la población será siempre prioridad para los gobiernos, ya que es su obligación servir a las mejores causas, buscando el equilibrio en el bienestar de sus moradores. Por eso resulta prioritario tener metas claras, disciplina, destreza, capacidad, inteligencia, y honradez de nuestras autoridades para lograr el cometido.

Lo que nos queda muy claro a los vallartenses, hijos bien nacidos y bien paridos en esta comunidad municipal, es que las adversidades y obstáculos de primer momento pueden generarnos estados emocionales intensos y desagradables, pero si sabemos sacar provecho de estas circunstancias y experiencias, si aprendemos de ellas, nos fortalecerán emocionalmente y nos permitirán convertirnos en mejores seres humanos. Lo que es cierto, amigos vallartenses de pura cepa, es que quienes aman a esta tierra, es esperanzador que después de los momentos oscuros de dolor por las malas decisiones, el ser humano puede transformarse en un ser que brilla con luz propia e ilumina a su alrededor.

Reconciliación con el medio ambiente

Cambiando un poco de tema; es tiempo de que hagamos las paces con el medio ambiente. Urge sensibilizarnos con nuestro entorno, donde fomentemos la conciencia buscando las acciones necesarias para evitar destrozos y dejar de mantener una guerra abierta contra las maravillas naturales que Dios puso a nuestro cuidado y beneficio. Hagamos un conteo de los daños irreversibles ocasionados por negligencia, para evitar seguir ocasionando males innecesarios en la vida de los vallartenses.

Haciendo una recapitulación de los últimos lustros de vida de este bello y pujante municipio, podemos sin lugar a dudas analizar con objetividad a quienes han sido cómplices de la destrucción de la naturaleza en esta región. No vamos a señalar a los responsables porque todo el mundo los conoce, pero sí debemos de tener en mente a quienes han transformado de una manera hostil a nuestro amado Puerto Vallarta, Jalisco, para no volver a caer en sus mentiras. Únicamente hago un llamado a los habitantes de este municipio para no creer nuevamente en falsas promesas de mejoramiento de nuestro entorno, ya que nadie hasta ahora ha mostrado un proyecto de renovación para lo perjudicado por las ambiciones desmedidas de algunas autoridades y empresarios voraces, coludidos en decir que el progreso urbano de nuestro Puerto.

Es importante buscar las mejores alternativas en donde ya no aceptemos proyectos sin sustento. También observo que se trata de cumplir en ser los facilitadores de la inversión para que los empresarios obtengan confianza en sus proyectos. Tengo mucha esperanza en que habrá un cambio con rumbo, con decisiones fuertes buscando el beneficio de toda la población. Deseo, como vallartense, hacer un pacto de integración de pueblo y gobierno.

Ante lo anterior expuesto, deduzco que es necesario reflexionar sobre la realidad presente para generar confianza y alcanzar el futuro deseado.

Solamente con autoridades responsables, preparadas, honestas y con un amor verdadero a su tarea de servicio a la comunidad se ganará la confianza que cada día se ve perdida por no escuchar la voz de sus gobernados.