Protocolo y organización: claves para fortalecer la imagen municipal

En dos minutos / Por: Miguel Ángel Ocaña Reyes / Presidente de la Red Periodística PV

En dos minutos / Por: Miguel Ángel Ocaña Reyes / Presidente de la Red Periodística PV

Los eventos cívicos son una vitrina fundamental para cualquier administración pública, y en ellos, cada detalle cuenta. La reciente sesión solemne por el 107° aniversario de Puerto Vallarta como municipio y el 57° como ciudad dejó en evidencia áreas de oportunidad en la coordinación y ejecución de actos protocolarios.

El evento, realizado bajo un clima adverso —con calor intenso y lluvia intermitente—, reunió a autoridades, invitados especiales y ciudadanos en el malecón. Aunque hubo aciertos, como la exhibición de vehículos militares que cautivó al público infantil y la participación de la Banda de Guerra del Ejército, también se presentaron contratiempos que merecen reflexión.

Durante la sesión, se observaron fallas en el protocolo, como la omisión del himno de Jalisco y la confusión en la interpretación del himno local. Además, el inicio del discurso del cronista Moisés Hernández coincidió con el toque de bandera que dio el ejército, lo cual interrumpió su mensaje. Pequeños descuidos, como la falta de una despedida formal a la bandera o la llegada tardía de algunos regidores, restaron fluidez al acto.

La participación del presidente municipal, Luis Munguía, fue breve pero significativa. Sin embargo, el momento pudo haber sido más impactante de no ser por las distracciones del espectáculo aéreo y las condiciones climáticas. Es fundamental que su equipo refuerce los detalles logísticos —como prever paraguas o ajustar horarios— para evitar que factores externos opaquen su mensaje.

La secretaria de Turismo, Michelle Fridman, destacó en su intervención los atractivos de Vallarta, aunque su discurso habría ganado fuerza con mayor originalidad y menos frases recurrentes.

Este tipo de ceremonias no solo conmemoran fechas importantes, sino que proyectan la imagen de un gobierno ordenado y respetuoso de sus tradiciones. Errores protocolarios, por menores que parezcan, pueden transmitir desorganización y afectar la percepción ciudadana.

Más allá de señalar responsabilidades, lo crucial es aprender de estos incidentes. Puerto Vallarta merece eventos a la altura de su grandeza, y eso exige mayor coordinación entre las áreas involucradas: Secretaría General, Cultura, Turismo, Relaciones Públicas Giras y eventos. El presidente Munguía, como figura central, debe ser respaldado con una logística impecable que refuerce su liderazgo y la solemnidad de las ocasiones. Es preocupante la falta de criterio del equipo cercano al presidente municipal, que ni siquiera tuvo la decencia de cubrirlo con un paraguas. A Luis Munguía le podrá gustar o no, pero representa una figura pública que debe protegerse, no solo físicamente, sino en su dignidad institucional.

La ciudad aspira a ser un destino de clase mundial, y eso comienza por demostrar excelencia hasta en los detalles más pequeños. Corregir estos aspectos no solo mejorará futuros eventos, sino que fortalecerá la confianza en una administración que, sin duda, tiene el potencial para brillar.