“La Rotonda del Mar” – “Mago Calamar”

Voceros Incansables / Félix Fernando Baños

El “Mago Calamar” está instalado en el saliente circular poniente de “La Rotonda del Mar”

El “Mago Calamar” está instalado en el saliente circular poniente de “La Rotonda del Mar”. Mira al centro de la rotonda, y su orientación aproximadamente está en línea con la “Banca Orejona” y con el eje de la calle Aldama.

“Mago Calamar” y “Mago Corneta” forman una pareja que comparte varios rasgos similares. El más distintivo es que son las dos únicas esculturas, de entre dieciséis, que tienen algo semejante a brazos.

“Mago Calamar” también es un trono alto, asimismo de cuatro patas, e igualmente las dos delanteras forman un solo bloque, gracias a la túnica lisa, que llega pesadamente hasta el suelo por delante y por detrás.

Como en “Mago Corneta”, la túnica lisa se ajusta al torso a partir de la cintura; y un hueco poco profundo la recorre ondulando suavemente hacia arriba, volviéndose un poco más ancha y paralela a partir de los brazos, hasta convertirse en la abertura por la que sobresale la cabeza.

A la misma altura en que “Mago Corneta” cruza sus brazos, también lo hace “Mago Calamar”, asimismo el brazo izquierdo sobre el derecho, haciendo que sobresalgan los codos a ambos lados y plegando la túnica al efectuar el movimiento correspondiente. Del sitio de la túnica donde suelen estar las mangas salen dos muñones blandos.

La posición de la cabeza es contraria a la de los calamares reales con respecto al resto de su cuerpo, ya que en este caso el cuerpo lo forma el trono que está debajo, por lo que el maestro Alejandro Colunga la asemejó a la de otro cefalópodo, el pulpo. Un solo tentáculo sale de la boca, a ambos lados del pico de loro y debajo de los ojos grandes y saltones, característicos de los calamares.

En la espalda, desde el cuello hasta el comienzo de las nalgas, se repite sucesivamente el bulto que forman debajo de la piel las 27 apófisis espinosas vertebrales.

Tanto los muslos como las piernas se comprimen en dos cilindros retorcidos en helicoidal como las columnas salomónicas, formando las patas traseras del trono.

El pie que sale de la pata derecha trasera es una cabeza de rata con los ojos abiertos y orejas humanas, de trompa alargada, la cual, después de su nariz, continúa con una prolongación que llega serpeando casi hasta el talón de la pata delantera.

La pata trasera izquierda está cortada de tajo por adelante; el pie sale de en medio, envuelto en un zapato cilíndrico. Pero el zapato sólo cubre el empeine, y su punta se transforma en la cabeza de un roedor, sin orejas y con los párpados entornados, y luego en una prolongación reptante por el suelo, pero que en su último tramo se levanta del pavimento.

Las extremidades de adelante salen de los extremos de la túnica, y se arrastran por el pavimento. No son pies, sino manos humanas, cubiertas de escamas y con las uñas de los dedos bien recortadas.  fbanoslopez80@gmail.com