La Rotonda del Mar – Introducción

Voceros Incansables/Por Félix Fernando Baños

La Rotonda del Mar, Colunga - Foto ffb

“La Rotonda del Mar” nos va a ocupar más tiempo que las restantes esculturas instaladas en el Malecón, tanto por el número de sus elementos como por su cercanía conceptual con las otras importantes obras del mismo autor, Alejandro Colunga Marín, que hay en Guadalajara.

Los conjuntos escultóricos que tenemos en Puerto Vallarta, fuera de “Tritón” y “Sirena”, de Carlos Espino, son obras surrealistas: “En Busca de la Razón”, de Sergio Bustamante; “Origen y Destino”, del vallartense Pedro Tello; y “La Rotonda del Mar”, de Colunga.

“En Busca de la Razón” consta de tres esculturas; “Origen y Destino”, tiene cinco hasta el momento, pero pueden ser ocho si el autor completa su proyecto; y “La Rotonda del Mar” está formada por dieciséis.

La mirada surrealista de Colunga se acerca a la de Sergio Bustamante, ya que ambos son figurativos e incursionan por el mismo universo de ensoñaciones en el que cosechó tantas bellezas la pintora Remedios Varo, y cuyas fronteras abrió para siempre el renacentista flamenco Jerónimo van Aken, mejor conocido como El Bosco. Es una mirada distinta a la de Pedro Tello. El surrealismo de Tello es abstracto, emparentado con el que practicaron los artistas europeos del siglo veinte, en particular Joan Miró i Ferrà.

Los tres conjuntos surrealistas son interactivos, es decir, el público no se limita a contemplarlos, sino que los utiliza de alguna forma a la manera de los juegos infantiles. Este rompimiento de la regla universal de no tocar las esculturas para evitar su deterioro se tomó de Constantin Brancusi, quien hizo esculturas para ciegos, a fin de que las apreciaran por el tacto, ya que no podían hacerlo por la vista. Entre paréntesis, la idea de Brancusi encontró una aplicación turística en Brujas. La atalaya medieval de esa ciudad belga se hizo a escala, en bronce, y se puso al pie del imponente edificio para que los ciegos pudieran conocerlo al detalle tocando su maqueta. Unos textos en alfabeto Braille añaden información sobre su historia y características.

Sin embargo, Pedro Tello no tenía planeada la interactividad, excepto para dos de sus piezas, “La Rueda” y “El Obelisco”. Proyectó las otras seis para estar dentro de una fuente rectangular, así como están las esculturas, también surrealistas abstractas, de la “Fuente de Stravinsky”, de París, debida a los artistas Jean Tinguely y Niki de Saint-Phalle. Cuando se comente “Origen y Destino” se verá por qué el maestro Tello se vio obligado a prescindir de la fuente y a ampliar la interactividad a todas sus piezas.

La “Fuente de Stravinsky” consta de dieciséis esculturas y en eso es igual a “La Rotonda del Mar”, aunque difieren en el dinamismo hidráulico. Se halla entre el templo gótico de Saint-Merri, el Centro Pompidou y la “Fuente de los Inocentes”, del renacentista Jean Goujon, ubicación urbana altamente privilegiada. El Malecón es asimismo un sitio urbano de Puerto Vallarta altamente privilegiado. Y allí está “La Rotonda del Mar”.  fbanoslopez80@gmail.com