La dulce trayectoria de una chef pastelera

Por: Miguel Ángel Ocaña Reyes

Vanessa Caudillo, Chef del Hotel Sheraton Buganvilias

Vanessa Caudillo, originaria de Puerto Vallarta, comparte su pasión por la gastronomía, la cual fue moldeada desde su infancia, inspirada por su madre, una hábil cocinera. Desde temprana edad, Vanessa se sumergió en el mundo de la cocina, llevando talleres desde la secundaria y posteriormente decidiendo estudiar gastronomía en el Tecnológico de Vallarta.

Su amor por la pastelería surgió de su fascinación por la decoración y la creación de postres para bodas y quinceañeras. A lo largo de su trayectoria, ha presenciado la evolución en la pastelería, especialmente en la pastelería molecular, que ha llevado a una transformación en las técnicas y presentaciones de los postres.

Para Vanessa, el postre es la cereza del pastel y considera que su elaboración es crucial para dejar una buena impresión en los comensales. Destaca la importancia de la innovación constante en un mundo culinario cada vez más competitivo, especialmente durante la pandemia, donde la demanda de postres elaborados ha aumentado significativamente.

En entrevista, Vanessa comparte su historia de vida, un devenir que personifica la pasión, creatividad y perseverancia que implica el mundo de la pastelería, uniendo lo tradicional con lo innovador para deleitar los paladares de sus comensales y desafiar constantemente los límites de su arte culinario.

¿Originaria dónde eres Vanessa?

Soy nacida y criada en Puerto Vallarta, mi familia es de Michoacán

¿De dónde nace tu gusto por la gastronomía?

Más que nada de mi mamá, ella es ama de casa y cocina muy rico…

Proviene de una rica tradición gastronómica como lo es Michoacán…

Sí, muy rica toda su comida, yo aprendí a cocinar con ella, y aparte en la secundaria llevé taller de cocina, y de fue que dije, sí me gusta. En el CONALEP decidí tomar alimentos y bebidas, y de hecho en este hotel a mis 17 años fueron mis primeras prácticas profesionales.

¿Dónde estudiaste tu carrera?

Estudié la carrera de Gastronomía en el Tecnológico de Vallarta, ahí nos mandaban a hacer prácticas a Secrets, a Marriott, en Secrets duré trabajando un buen ratito en pastelería, siempre fue pastelería, sí trabajé un tiempo en cocina, pero siempre fue pastelería, siempre en mi mente estaba el querer aprender a hacer pasteles.

¿A qué se debe ese gusto?

Me gusta mucho la decoración, más que nada los pasteles para boda o 15 años es lo que me llama mucho la atención, por eso yo quería aprender a hacer pasteles; y la cocina siempre ha sido más presión, más rapidez, todos andan corriendo, y en cambio en la pastelería es más tranquilo, todo es muy exacto pero es más relajado que la cocina, y lo disfrutas más, es más tranquilo.

¿Cómo chef pastelera, te gusta crear o tener tus propias recetas?

Las dos cosas, manejamos muchísimas recetas, y cuando tengo una receta no la cambio, así la dejo, pero sí me gusta experimentar de repente que con algún producto nuevo o alguna fruta, por ejemplo si se me ocurre hacer un pastel de mandarina, y lo hago, por ejemplo en la temporada navideña es el ponche, ya una vez hice un pastel con todo lo que lleva el ponche, y sabe a ponche, pero es un pastel.

¿Cómo ha evolucionado la pastelería desde que egresaste a la fecha?

De siete años a la fecha sí ha habido muchísima evolución, sobre todo en la pastelería molecular, ahí le da otra vista al postre, sobre todo en las decoraciones, ha cambiado muchísimo para bien, la verdad es que sí hay postres que puedes decir es un postre de chocolate, pero le das una presentación totalmente diferente a como se presentaban antes.

Yo creo que en la gastronomía en general nunca dejas aprender, siempre vas viendo cosas nuevas días con día.

¿Qué puede ser más difícil, un plato fuerte que podría decirse es el protagonista principal, o el postre que es como cierre la cereza del pastel?

Yo creo que el postre, siempre es como que si el postre estuvo mal, estuvo mal todo, siempre ha sido así, que el postre tiene que salir bien para que todo salga bien, es la cereza del pastel.

¿Cómo definirías tu estilo en cuando a la creación de postres?

Me gusta mucho lo tradicional, lo que ya está, pero sí de repente veo lo nuevo y me animo a cambiar.

¿Cuál es el principal reto de un chef pastelero?

Innovar, hoy en día hay muchísima competencia, demasiada, sobre todo ahora con la pandemia sentí que mucha gente empezó a agarrar cursos y se dedica a vender postrecitos, a lo mejor no tan detallados, no tan elaborados, pero al final ya es una competencia porque son postres, sí necesitamos trabajar en ir haciendo cosas nuevas, decoraciones nuevas, recetas nuevas, pero que conserven el mismo sabor o mejor.

¿El comensal se ha vuelto más exigente con los postres?

Muy exigente, y sobre todo en cuestión de costos, últimamente el producto de repostería es muy caro, ya hacer un pastel, por muy chiquito que sea, aunque diga voy a comprar del más económico, ya no sale económico.