Eriza-Dos

Voceros Incansables / Por Félix Fernando Baños

Eriza-Dos, esculturas de Blu - Foto ffb

Estas simpáticas figuraciones abstractas, construidas por la escultura Blu con láminas de fierro soldadas, se encuentran al comienzo de la calle Libertad desde el año 2007.

Representan dos erizos marinos, que fueron instalados oblicuamente al eje del Malecón de la Marina sobre un plano rectangular trazado de sur a norte, plano que empieza en el pavimento del Malecón y termina montado sobre la barda perimetral, interrumpiendo su trazo rectilíneo. El plano tiene, al mismo tiempo, dos inclinaciones, una, de oriente a poniente; y la otra, de sur a norte. En su extremo sur, el plano inclinado comienza a elevarse un metro antes del punto en que corta la barda, y en su extremo nororiente termina en el punto en que la vuelve a cortar, de manera que una mitad de su superficie rectangular queda sobre la playa contigua y la otra mitad sobre el Malecón de la Marina.

Los puntos de sustentación de las esculturas en el plano inclinado son cinco en cada una, y consisten en placas de fierro soldadas al mismo número de púas. Los dos erizos de mar están dispuestos a lo largo de una recta imaginaria trazada de oriente a poniente a la mitad del plano inclinado. El más pequeño queda al oriente del otro; veinticinco púas salen de su caparazón globoso; el erizo mayor tiene veintisiete púas y su caparazón tiende a ser cilíndrico.

La cercanía de Eriza-Dos al océano los ha enriquecido con una hermosa oxidación. Sin embargo, no están perforados, ni muestran señales de fatiga. Por otra parte, el juego de luces y sombras se suma a las tonalidades de la oxidación de manera particularmente interesante y divertida al atardecer, sobre todo al ocaso del sol.

Blu trajo Eriza-Dos a Puerto Vallarta como parte de una exposición temporal. Por fortuna, se quedaron aquí, donadas por su autora al H. Ayuntamiento, con lo que se agregaron a la historia del Malecón de la Marina, la cual se remonta hasta las divagaciones del río Cuale por los baldíos aledaños a su desembocadura.

La construcción de la Capitanía del Puerto, al sur de la plaza Aquiles Serdán, llevó a continuar la traza del Malecón para incorporar los baldíos mencionados al tejido urbano mediante el Malecón de la Marina, llamado así cuando la Capitanía pasó a ser “la Marina”, es decir, la residencia de las autoridades navales. Allí se encuentra actualmente el Museo Naval. Un muro de contención estabilizó la desembocadura del río Cuale y luego se continuó hasta la plaza Aquiles Serdán para separar de la playa el Malecón de la Marina.

En el extremo sur estuvo “El Campito”, que sirvió varios años de cancha para jugar futbol. Después el Malecón de la Marina se pavimentó y tuvo diversos usos. Hasta le cambiaron temporalmente el nombre a “Malecón de las Velas”, por unas lonas triangulares que instalaron, ahora desaparecidas. En su extremo norte permaneció la plaza Manuel Lepe, indicada por la reproducción en azulejos de una de sus pinturas. fbanoslopez80@gmail.com