C U A R E N T A

La clave es saber que la edad es un número, lo que cuenta es quién eres realmente; tu espíritu, tu esencia, lo que dejas en los demás, tus conocimientos y tu corazón

Por: Cristina Gutiérrez Mar

Llevo varios días que me siento frente a la computadora tratando de redactar un escrito épico por motivo de mis próximos cuarenta años.  Ha sido inútil, he borrado tantas veces el texto que ahora me queda una hora para mandarlo al periódico.

He puesto música ochentera, me he preparado un café con esencia de coco en mi taza favorita color menta con dorado.  Aún tengo el cabello húmedo, unos skinny jeans y suéter beige visten mi cuerpo, botines azules y cara lavada hacen juego con mi esencia y, mis pensamientos, empiezan a volar como un bumerang sin sentido.

El próximo jueves once de enero cumplo cuarenta años. ¡Cuarenta! Siempre había visualizado este número como aterrador y odioso. Sin embargo, ahora que lo pienso, está genial.  Es una gran bendición cumplir años. Una meta cumplida más en mi vida, llena de aprendizajes, madurez  y tantos momentos de felicidad y tristezas que forman una bipolaridad excepcional.

La clave es saber que la edad es un número, lo que cuenta es quién eres realmente; tu espíritu, tu esencia, lo que dejas en los demás, tus conocimientos y tu corazón. Siempre he pensado que todos los seres humanos tenemos la misma edad, ya que nadie sabe el día que partiremos de este mundo.

Lo que siento ahora es agradecimiento a mi creador y padre, sé que Él me abraza todo el tiempo y, algunas veces, me carga y me llena de besos.

He pasado por situaciones difíciles, y ahora a mis cuarenta años puedo entender los motivos.  De hecho, es muy simple: la naturaleza lleva un curso, no puede detenerse; no son castigos divinos, así es la vida  y punto.  Si todo fuera perfecto, hermoso y lleno de felicidad, no podríamos valorar la misma vida. 

Nuestro mundo lleva consigo una bipolaridad: el bien y el mal, vida y muerte, alegría y tristeza, salud y enfermedad, etcétera.

 Estoy consciente que estoy en continuo aprendizaje, estoy en una lucha entre el bien y el mal, estoy en busca de mi espiritualidad todo el tiempo y trato de ser mejor persona cada día. 

Desde pequeña veo la vida de diferente manera, tal vez tenga un defecto en mis ojos, no lo sé.  Muchas veces me gusta lo que veo y otras veces simplemente lo odio. Sin embargo, la vida está llena de instantes maravillosos, así que decido disfrutar al máximo los pequeños destellos que hacen que mi alma vibre.

Agradezco a todas las personas que han compartido conmigo de su tiempo, ya que hoy en día vivimos tan de prisa que el tiempo, literal es oro. La casualidad no existe, todas las personas llegan a tu vida por una causa.

Yo no soy de las personas que no esperan nada, yo voy por todo en la vida. Quiero ser feliz, amar, besar, abrazar, disfrutar de mi lienzo favorito: el cielo, aprender lo más que pueda, hacer lo que amo, ser auténtica, escribir, disfrutar los momentos felices y tristes, convertir los instantes en poesía, tener inspiración en mis sentidos y seguir trabajando en mi propósito de vida.

¡Qué vengan esos cuarenta!, ahora estoy más fuerte que nunca.

La vida no es fácil, sino que aburrida sería, ¿no crees?

Gracias a Dios.

Cucus