Nuestra calidad de vida

Juventud en nuestra comunidad

La calidad de vida en Puerto Vallarta es increíblemente buena, vivimos en una ciudad que todavía tiene un control sobre cosas que las grandes ciudades no tienen

Nestor Cabral Biurcos

“Nunca cambiarás tu vida hasta que cambies algo que haces diariamente.”

JOHN MAXWELL

Como he mencionado en anteriores columnas, vivimos en una cuna de privilegios y oportunidades que pocas veces valoramos. Nosotros siendo “pata saladas”, contamos con una calidad de vida superior a la de millones de paisanos que no tienen las mismas condiciones económicas, sociales, políticas, naturales y de salud tanto física como mental, algo que nos hacer ser realmente afortunados.

Como joven de esta comunidad, puedo decir sin pensarlo dos veces, que considero Puerto Vallarta un lugar perfecto para nacer, crecer y desarrollarse de una manera sana y pacífica. Siempre rodeado de naturaleza, gente amable, un entorno que a la fecha todavía considero armónico, sin hacer a un lado la cantidad de contaminación tanto visual como auditiva la cual indudablemente va en aumento en nuestra ciudad.

Considero este uno de los mayores problemas, ya que no es algo que afecte a unos pocos, sino a todos los residentes y visitantes que estén en la ciudad.  Vivo feliz, vivo tranquilo sabiendo que todavía se puede salir a las calles, siempre con precaución, pero sin el miedo de que algo me pueda pasar o a los que me rodean.

He tenido la oportunidad de platicar acerca de los estilos de vida que llevan amigos míos, tanto en diferentes ciudades de México y en el extranjero. Hace dos años viajé a Torreón como parte de una competencia deportiva, y platiqué con un chavo de Tampico, a quien le pregunté cómo estaba la situación en su ciudad y qué tanto disfrutaba vivir ahí. Lo que me respondió fue que Tampico es una ciudad hermosa, sin embargo, ya no se puede llevar una vida ¨tranquila¨ debido al constante combate entre el crimen organizado y la policía, lo cual ha alterado la vida de todos limitado las actividades que se pueden hacer, así como la libertad de cada ciudadano. En ese momento reflexioné acerca de lo a gusto que vivo en Puerto Vallarta, con la tranquilidad de que cosas así no son un problema (aun), y espero vehementemente que todos contribuyamos en lo que nos corresponda para que no sea así.

Otro ejemplo de la comparación de calidad de vida que llevan jóvenes en otras partes del mundo fue cuando asistí a un campamento en Canadá, en el cual conocí a quien ahora es buen amigo, un niño que vivía en un pequeño pueblo alemán el cual la describía como una completa utopía, la cual envidié al oír cómo la describía:

Los niveles de crímenes por año eran casi nulos, aire completamente limpio, botes de basura que la separaban en cinco secciones y que eran muy comunes en cada vecindario, una policía que sufría por tener poco trabajo debido a que no sucedían delitos, calles limpias, paredes limpias en toda la ciudad, me describió su pueblo natal como si todo y todos en el trabajaron juntos por el mismo fin, el cual era tener una mayor calidad de vida y preservar esa paz con la cual todas las comunidades empiezan.

En mi opinión la calidad de vida en Puerto Vallarta es increíblemente buena, vivimos en una ciudad que todavía tiene un control sobre cosas que las grandes ciudades no tienen. Sin embargo, este control puede desaparecer si no cuidamos de él y hacemos lo que nos toca, o sea; no tirar basura en la calle, respetar señales de tránsito, no cometer ningún tipo de delito, vivir bajos las normas, leyes y reglas de donde estemos y vayamos. Los invito a que preservemos esta ciudad igual de hermosa de como esta, se puede y todos podemos se parte de esto. Gracias por leer y que tenga un excelente día.