Y ganaron los vende patrias en el Congreso

Hablemos en serio / Javier Orozco Alvarado / Investigador de El Colegio de Jalisco, A.C.

Los vende patrias del PRI, PAN y PRD que aprobaron las reformas peñanietistas se volvieron a unir en bloque

La historia de México se ha caracterizado por grandes luchas de nuestro pueblo por ganar el respeto en el mundo, por ser un país  independiente, por ser una nación libre y soberana, y  por alcanzar la plena autodeterminación frente a las grandes potencias.  El pueblo de México ha tenido que luchar, primero contra la conquista española en 1521, después por la independencia en 1810;  en 1846 contra la invasión norteamericana y, entre 1862-1867,  tuvimos que defendernos también de la invasión francesa.

Hasta ahora, las grandes potencias han conquistado, colonizado y saqueado nuestro territorio con la ayuda de quienes son o se sienten descendientes de extranjeros, o de quienes coinciden con los intereses de las grandes empresas transnacionales establecidas en el país. Por eso, históricamente los mexicanos hemos librado una lucha permanente entre liberales y conservadores; o mejor dicho, entre nacionalistas y vende patrias.

El nacionalismo se ha caracterizado en México por su lucha por defender, conservar y preservar la riqueza nacional; por eso, desde la revolución de 1910, se ha proclamado el derecho a la tierra  para quien la trabaja y como propiedad de nación. 

En tanto que el nacionalismo es un movimiento económico, político e ideológico, podemos afirmar que, tanto el presidente Lázaro Cárdenas como el presidente Adolfo López Mateos, han sido en la historia de México quienes impulsaron las grandes reformas constitucionales que permitieron recuperar los bienes de la nación que estaban en manos de extranjeros. Sobre todo porque el general Cárdenas se encargó de nacionalizar el ferrocarril en 1937 y  la industria petrolera en 1938.  En 1960 López Mateos se encargó de nacionalizar la industria eléctrica, también como patrimonio de la nación.

Pero, desafortunadamente, en 1995 el presidente Ernesto Zedillo inició nuevamente la venta de los Ferrocarriles Nacionales de México a empresas extranjeras y, en 2013, los partidos del PRI, PAN y PRD encabezados por Enrique Peña Nieto, firmaron el Pacto por México, con lo cual  decidieron aprobar por unanimidad la venta de PEMEX  y la industria eléctrica (CFE) a empresas extranjeras de Estados Unidos, España, Inglaterra, Francia e Italia.

Por eso,  nuevamente, los vende patrias del PRI, PAN y PRD que aprobaron las reformas peñanietistas se volvieron a unir en bloque para evitar la nacionalización o la recuperación de la riqueza nacional, oponiéndose a la reforma eléctrica que propuso el presidente Andrés Manuel López Obrador y que fue rechazada por ese bloque opositor en la Asamblea Ordinaria de la Cámara de Diputados que se llevó a cabo el pasado domingo 17 de abril.

Aunque todo apuntaba a que este bloque autodenominado VA POR MÉXICO no podía ir en contra de las reformas que ellos mismos habían aprobado con sobornos y contubernios corporativos en favor de empresas extranjeras; el cabildeo no se hizo esperar, pues previamente el embajador de Estados Unidos en México,  Ken Salazar, se reunió por separado, primero con Marko Cortés, presidente Nacional del PAN y, posteriormente, con el presidente Nacional del PRI, Alejandro Moreno o Alito.  Por las mismas fechas se le vio también al cabildero de una transnacional italiana, estar haciendo arreglos con una diputada perredista en plena sesión de congreso.

Todo ello explica que, tanto las empresas de esos países como sus respectivos gobiernos, están interesados en frenar cualquier reforma que pueda ir en contra del saqueo y el fácil enriquecimiento que han logrado en México estos últimos años. Para eso cuentan con los aliados de la oposición, quienes con tal de recuperar el poder son capaces de hipotecar el país y traicionar al pueblo de México.

Tarde que temprano la electricidad volverá a ser de los mexicanos, al igual que lo es el litio a partir de esta fecha, en la cual el presidente Andrés Manuel logró que se aprobara la Ley Minera en la que se ratifica constitucionalmente a este mineral como propiedad de la nación.