Toma las riendas de tu vida

Resolver situaciones y hacerse cargo aumenta la autoestima

Vivimos en la cultura del victimismo. El fenómeno es casi tangible en las redes sociales al ver como algún influencer, meme o estrella de Hollywood “se hace la víctima”. Sin embargo, concebirse a sí mismo como víctima sale muy caro en términos de salud mental. Cada vez que te quejas, sometes a tu cuerpo a un estrés y un desgaste innecesarios.

Frases como “nadie me entiende”, “con el covid no poder encontrar empleo, ni mucho menos pareja”, “mi ex me hace la vida imposible”, “mi mamá me asfixia con sus demandas”.

En algún momento de nuestras vidas todos podemos vernos atrapados en una situación puntual de dolor – indefensión – victimismo. Sin embargo, las personas podemos caer fácilmente en el vicio de quejas y reproches, hasta convertirlo en un patrón toxico que boicoteará nuestra felicidad.

Cada día y en cada decisión que tomamos elegimos entre dos roles de vivir; como responsables o como víctimas, nos demos cuenta o no de ello. No cabe duda que es más fácil echarle la culpa a los demás de lo que nos pasa, que hacernos responsables.  Lo cierto es que a largo plazo asumir el rol de victima desgasta, resta energías para pasar a la acción y para encontrar soluciones creativas y resilientes.

El psicólogo alemán Erich Fromm define al victimismo como la filosofía de vida que adoptan las personas quienes tienen miedo de tomar las riendas de su propia vida. Este fenómeno cada vez más presente en la actualidad, es una forma de agresividad, es una forma pasiva de agredir al otro donde de cierta forma, la víctima se convierte en héroe o heroína de manera automática.

Las personas que se ven sí mismas como víctimas de manera crónica, se caracterizan por atacar a los demás, acusándolos de ser los causantes de su sufrimiento. Por el lado contrario, adoptar una actitud responsable vale muchísimo la pena. Resolver situaciones y hacerse cargo aumenta la autoestima, da una sensación de empoderamiento indispensable en la vida adulta además de poder estar al mando y no a merced de los demás.

Piénsalo ¿realmente las quejas ayudan a superar tu frustración y pasar a la acción? En realidad las quejas tóxicas e improductivas raramente te llevarán a una solución eficaz frente a las dificultades, y la queja no debería ni es la única estrategia que podemos utilizar ante a la frustración.

Podemos culpar a otros de lo que nos pasa o aceptar que tenemos una responsabilidad, y lo más importante, que siempre contamos con recursos y posibilidades para cambiar las cosas.