Semana Santa

Consejos de una Abuelita Moderna /Por un México Mejor

Se encontraba un grupo de niños saliendo de la escuela y varios dijeron: Nos encanta la Semana Santa porque inician nuestras vacaciones.

A lo que un niño sin pelo expresó: A mí me encanta porque sin que me lo digan, durante esta Semana trataré de ser mejor, así como Jesús, mi Dios, nos lo enseñó.

Dos niños extrañados preguntaron: ¿De cuál Jesús estás hablando, del Maestro de la escuela, o del tendero de la esquina?

El niño sin pelo creyendo que estaban bromeando les preguntó: ¿Qué religión profesan?

Los niños volvieron a preguntarle: ¿Religión?, ¿qué es eso?

El niño sin pelo contestó: No es gracioso que jueguen con eso. No creo que sus papás no les hayan dicho nada sobre Jesús de Nazaret, sólo piensen en qué año estamos viviendo y desde que Él nació, se inició el nuevo calendario que rige todo el mundo.

Los dos compañeros se quedaron mirando asombrados pues eran hijos de madres solteras, y ellas jamás les habían hablado de la existencia de un Dios, a lo que expresaron al ver que eran los únicos que no estaban enterados de nada de la vida de Jesús: Por favor, antes de que vengan por nosotros, háblanos un poco de Él.

Como algunos niños se habían marchado, los que quedaban se sentaron a escuchar al niño sin pelo, pues cuando hablaba de Él, se le iluminaba su rostro, cuando comenzó a contar de la vida de Jesús, varios de ellos recordaron felices algunas oraciones y parte de su vida que habían escuchado en casa o en el catecismo, interrumpiendo al niño sin pelo y agregando lo que consideraban hermoso e importante, y aunque no lo crean, cuando varias madres de familia que venían por sus hijos, prefirieron bajarse del auto y en silencio escuchar con mucho orgullo, lo que sus divinos ángeles terrenales decían…

Cuando llegaron las mamás incrédulas por sus hijos, se quedaron anonadadas al ver con cuánta atención sus hijos estaban aprendiendo tantas cosas positivas que ellas ni en sueños pensarían enseñarles a sus hijitos. Al verles sus rostros, la mamá del niño sin pelo las invitó a su casa y les habló de la gran importancia de no sacar a Dios de sus hogares…

Ellas comprendiendo, le pidieron a la mamá del niño sin pelo, que por favor las invitara el día que le tocaba llevar a su hijito, porque en poco tiempo, con sus palabras tan sencillas pero expresadas con tanto amor, querían que sus hijitos fueran como él, pues veían que como tenían que salir a trabajar, cuando llegaban sus hijos ni les hacían caso pues estaban jugando puros juegos bélicos y se estaban haciendo cada día más agresivos hasta con ellas…

Durante las vacaciones, un gran grupo que no pudo salir fuera de su lugar y se quedó en casa, se comenzó a reunir en la casa del niño sin pelo. Iniciaron recolección de ropa y juguetes con ayuda de sus mamás y hermanitos, llevando a  colonias humildes, para repartirlos equitativamente, y haciendo un gran sacrificio, dejaron de comer dulces para guardarlos y entregarlos a esos divinos ángeles terrenales, que para ellos representaban un gran lujo el poder comerlos.

Al regresar a la escuela, llegaron todos tan contentos y felices comentando a su Maestra que habían tenido la mejor “SEMANA SANTA” de su vida, al lado de muchos nuevos amigos que conocieron en esas colonias tan alejadas.

Su Maestra los felicitó porque nuestro maravilloso país necesita de niños amorosos y responsables, para crear un México Mejor.

En honor a mis hermosos niños del Grupo Canica.

Cariñosamente Ana I.