Resiliente 2022

El éxito más grande no es lo que se logra, sino lo que se supera
Letras Sahumerias Por: M en E Marisú Ramírez Muñoz masryram@msn.com

El Año Nuevo atisba otra vez por la ventana. Tímido, pronto hará su aparición, la energía que irradia pone de manifiesto las grandes expectativas de que sea un año integrador e inclusivo para todos.

Las políticas económicas expansivas que se han aplicado para paliar los efectos nocivos de la pandemia, contemplan que el 2022 sea un año de gran complejidad y muy intenso, donde se vislumbran grandes cambios en todos los ámbitos. El modo de vida ya no será más como antaño, los retos se duplican y hasta se multiplican exponencialmente.

La existencia cada día se torna más compleja y cambiante, lo que hoy es, mañana ya es obsoleto o anticuado y se afina con la precipitación del tiempo. Esa es la percepción generalizada, lo que forja un gran sentimiento de nostalgia, por lo que se vive el día a día como si fuera el último y el mañana ya sólo se vislumbra como un gran misterio. Los deseos colectivos, ya no lo son, ahora la individualidad es la tendencia, lo que -sin duda- es un gran reto para toda la humanidad. La tarea no será fácil. Somos como somos, producto del entorno y de las circunstancias; no se nos puede juzgar.

El parteaguas 2022 ya no será un paradigma, donde el precio implica abandonar hábitos nocivos de existencia, de convivencia, de tradiciones, de costumbres y de mil y un avatares que solucionar; pero pocos estarán dispuestos a realizar el esfuerzo. Por lo tanto, en la resiliencia social será primordial, romper hábitos nocivos y abandonar la zona de confort, porque los retos serán exhaustivos para todos. El novelista inglés Charles Dickens lo dijo hace más de ciento cincuenta años “El hombre es un animal de costumbres” por lo tanto, los hábitos, los vicios y las adicciones, son inherentes al ser humano a través de la repetición constante. Sus ‘actos’ ya sean buenos o malos lo orientan invariablemente a la perfección o en sentido contrario hacia su destrucción”.

Si bien es cierto, el entorno condiciona nuestro accionar, las pequeñas y las grandes dificultades se presentan cada día como una forma de incentivar nuestra capacidad para darles solución, ya sean cuestiones de salud, económicas o de simples conflictos cotidianos y con una fuerte entereza para adaptarse a las situaciones adversas. En otras palabras, resiliencia en su máxima expresión.

Por lo anterior, se hace necesario crear un halo luminiscente de esperanza que invada la esencia del alma, donde el albor de la conciencia sea la guía permanente durante el año nuevo y que también, el perfeccionamiento de la razón simultáneamente teja un código ético de progreso aunado a un sólido puente de humildad dedicado a proteger con visión original a todos los que se atreverán a transitar por él.

Ante ello, el puente de los sueños no dejará que escape de nosotros la esperanza de ser mejores cada día, al estar enamorados de construir un mejor futuro, con la simple herramienta de la resistencia, al encontrar una y mil formas de sobrevivir en terreno infértil, donde la utopía deberá desaparecer de nuestra mente y por lo tanto, de la razón humana, lo que pareciera ser complejo por los retos de esta era, de ahí la necesidad de sobresalir en la lucha contra nosotros mismos.

Las mejores historias de vida no surgen de los buenos deseos expresados por personas apreciadas, son las acciones personales las determinantes, la reflexión de aquello que debe dejarse a un lado. Con razones se defiende la identidad, al distinguir la pobreza material de la mental, no hacerlo en esta nueva oportunidad servirá de poco.

Y… recordar que el éxito más grande no es lo que se logra, sino lo que se supera, y después de trascender el dolor, la soledad y el egoísmo viene lo más duro ‘lo material’ porque es cuando se sabe lo que se hará con ese recurso tan añorado, sin olvidar que sólo es un medio, pero jamás un fin. ¡El mejor deseo para todos en esta nueva aventura llamada 2022! http://letrassahumerias.blogspot.com/