Psicología y existencialismo

Seguir luchando ante adversidades, nos hace más sabios, fuertes, resilientes a la adversidad

“En las profundidades del invierno finalmente aprendí que en mi interior habitaba un verano invencible.”

Albert Camus

Educación y parentalidad Dr. Jesús Cabral Araiza

Cuando hablamos de aspectos de la vida que están entre el sentido común y la formalidad académica, me vienen a la mente temas como el que ahora pretendo tratar con ustedes. En esta oportunidad me permito hacer algunas reflexiones sobre la psicología existencialista.

Formalmente podemos acotar que: La psicología existencial, una de las muchas ramas de la psicología, surgió en Europa antes de la Segunda Guerra Mundial, y se desarrolló después en paralelo con el existencialismo filosófico, surge como reacción a la deriva racionalista de la psicología positivista. Sus fundamentos teóricos surgen de las obras filosóficas de Husserl, Heidegger, Sartre y Merleau-Ponty.

Pero en términos más coloquiales, podemos decir que la recordamos cuando:

  1. Tenemos una experiencia cercana con la muerte o nuestra existencia.
  2. Nos cuestionamos profundamente el sentido de las cosas que hacemos en vida o para quienes las hacemos, así como la finalidad de las mismas.
  3. Nos damos cuenta que nuestra edad o algún padecimiento médico, nos recuerdan que ya no somos los mismos que hace algún tiempo, y que quizás las metas propuestas hace un año, o ya se lograron o ya las reformulamos.
  4. Existen sociedades en donde el nivel de exigencia y competitividad laboral-Social y hasta el clima, mantienen elevados indicadores de suicidio, producto justamente de crisis existenciales no resueltas.

Estas y otras posibles causales para cuestionarnos el sentido de la vida misma. Y no es que solo sea para las personas entradas a la última etapa de la vida, igual sucede con jóvenes que, como he señalado, no encuentran sentido a lo que hacen, o los tropiezos y frustraciones de la vida los hacen dudar de sus capacidades y optar por ya no luchar. Sin embargo, el seguir luchando ante adversidades, nos hace más sabios, fuertes, resilientes a la adversidad. Nos adaptamos y asimilamos la experiencia con entereza y buscamos cómo incorporar la experiencia nueva a la nueva etapa mental de vivir.

Ahora bien, ¿de dónde podemos sacar esa energía para seguir adelante e incorporar las experiencias adversas?, pues bien, algo que he aprendido y que inicialmente lo había estudiado, pero no experimentado con un insight que me hiciera reflexionar profundamente sobre el tema, es sin duda el poder personal. Pero no deseo confundirlos amables lectores, el verdadero poder, no reside en la capacidad económica, material, destrezas físicas o cognitivas, ni siquiera la belleza física. El verdadero poder relacionado a las fortalezas y resiliencia de todos nosotros radica en el amor, así de simple y así de complejo. En la capacidad que tenemos los seres humanos de amar a los otros, iniciando con nosotros mismos es ahí donde radica la fuerza necesaria que nos puede ayudar a sobrellevar prácticamente cualquier adversidad.

De hecho, espero no me crea, pero lo reto a que intente alguna de las estrategias que deseo proponerle:

  • Trate con cariño respeto y empatía a cuanta persona se cruce en su camino cotidianamente o no.
  • Intente mejorar las relaciones previas y las que han existido diferendos por las razones que sean.
  • Muestre interés autentico y cariño hacia sus seres cercanos, familiares o no, hasta las mascotas reaccionaran a ello y muchas veces con más nobleza y reciprocidad.
  • Incorpore palabras cariñosas de cariño y respeto a los demás, así como el reconocimiento del trabajo que hacen, sea para usted o no.

Estoy seguro que en muy poco tiempo verá y sentirá cambios que vienen en respuesta a su buen actuar, haciendo su vida más ligera, amable, feliz. Y si bien, la felicidad no es permanente ni es total, es mayor y más frecuente si hacemos esto que aquí le propongo, pero insisto, no me crea, hágalo y si no le funciona acepto reclamos. Pase buen día amable lector.