“Me gusta la alegría en cada una de mis obras”

Miguel Ángel Ocaña Reyes

Diana Villaseñor, Artista en madera

Diana Villaseñor es escultora en madera y artista plástica en general, quien realizó 3er Simposio Internacional de Wood Art Tepatitlán, visitó Puerto Vallarta para dar impulso al 1er Simposio Internacional de Escultura en Madera, que se realiza en Puerto Vallarta. En entrevista habla sobre estos eventos y comparte su perspectiva sobre el arte en madera.

¿Cómo te fue en el 3er Simposio?

Fue la tercera edición que tuvimos el honor de tener escultores, esta vez cuatro italianas, un suizo y un mexicano.

¿Cómo has visto la respuesta a esta propuesta artística?

Aquí en México no se conoce tanto, y por eso es porque hago este tipo de simposios en sector privado, porque para mí es más fácil hacer la logística, hago primero una selección en preventa de obra, me mandan bocetos, y fotos de obra que han hecho para que se den una idea los compradores de cómo va a quedar el resultado de ese boceto, en base a eso se realiza la preventa, y el comprador es el que decide qué escultor es el que decide que viene.

¿Has tenido buena respuesta?

Sí, ha sido muy buena respuesta.

¿Cuál es el panorama general de la escultura en madera?

Pues no se ve mucho, sí hay, pero desconozco dónde hay eventos, en Ciudad de México hay uno o dos, en fierro y en cemento también hacen algunos simposios, pero se desconoce mucho, y por ejemplo en Italia son 80 simposios, en Suiza, Dinamarca y en varias partes de Europa.

¿Por qué te nació el gusto de esculpir en madera?

Uy, porque fui a un curso y de ahí empecé, yo hacía antes bronce y escultura en plata, me invitaron a un curso de talla con motosierra, dije, tal vez no soy capaz de hacer eso, porque yo estaba acostumbrada a modelar, el modelado es poner y el esculpir es quitar, entonces eso en la cabeza es muy diverso, usé la motosierra en un curso de un mes y medio, y me encantó, desde ahí empecé a meterme a esto, y a viajar y conocer escultores, así fue que me pregunté, ¿por qué en México no? Una amiga hacía simposios en Guadalajara con el gobierno, y  me dijo, yo tengo un rancho, por qué no hacemos dos simposios, haces el tuyo, y esos mismos escultores se vienen acá, para ellos que ya están acá en México es más fácil dejar más obra.

¿De dónde eres originaria?

Yo soy originaria de Tepatitlán de Morelos.

¿Cómo te inicias en el arte?

Yo siempre quise estudiar artes plásticas, pero familias que dicen no, de eso no se vive, entonces estudié diseño integral y de ahí al salir de la carrera empecé a trabajar con un escultor, Alejandro Colunga en Guadalajara, de ahí me salí, y empecé a hacer mis propias obras, de eso ya tiene 15 o 17 años.

¿Ya como escultora profesional?

No, independiente como unos diez.

¿Cuál es la magia de esculpir en madera, qué encontraste?

Que no estás dentro de un taller, al contrario, tienes que estar al exterior porque el ruido de la motosierra es muy fuerte, entonces aunque te tapes los oídos con las orejeras, tu mente se va, es como una catarsis, y creas cosas que ni tú te la crees, porque en la motosierra es una cosa muy fuerte, pero se lleva su técnica, tampoco es tan difícil.

¿Qué satisfacciones te ha dejado esculpir en madera?

A mí me encantó porque puedes viajar y puedes conocer a mucha gente, y te digo, en todos estos simposios que se hacen allá y conoces gente de todo el mundo, porque aunque sean por ejemplo en Italia, llega gente de Japón, de Israel, de Sudamérica, de Brasil, de Argentina, muchísimos argentinos que veo allá, mexicanos casi no, solo es Ana Paula Luna que fue la que me la que me introdujo en este mundo de la talla en madera con motosierra, muy poquita gente aquí en México se dedica a eso, y los que se dedican a eso están encerrados en sus talleres, en sus ranchos, o sus lugares de trabajo, y en los simposios es bonito, porque sales a que te vea la gente, haz de cuenta que el taller lo llevas a un lugar, a un evento donde toda la gente puede ir a ver lo que haces en privado.

¿Cuál es mejor madera para esculpir, a ti cuál te gusta más?

¡Uy! muchas, me gusta mucho el fresno porque es como muy noble, muy maleable, lo dejas al exterior, a la intemperie, y permanece, igual el ahuehuete y el sauce llorón, pero hay muchas, todas tienen sus características muy bonitas, sus colores, sus texturas, poco a poco las vas conociendo…

Es todo un mundo el de la madera…

Sí, herramientas nuevas, por ejemplo también en los simposios es bonito ver eso, porque se juntan y cada quien tiene su herramienta, cada quien tiene una técnica diversa de trabajar, entonces lo bonito es también compartir esos conocimientos entre nosotros, y somos realmente una familia donde todos nos ayudamos, o sea, tú, por ejemplo, tienes un tronco de 100, 200 kilos, y entre todos dices, “una mano”, y vienen todos a colaborar.

¿No hay ese celo como en otras artes?

No, no, no, acá si uno se pone rejego o egoísta, entre nosotros vamos sabiendo cómo va el show, y los simposios son para eso, para conocernos y compartir con nosotros mismos y con el público que asiste, los niños son súper sensibles…

¿Por qué?

Les encanta, los niños son de wow, les encanta la motosierra, más si ven a una mujer usando la motosierra o el esmeril, cualquier herramienta medio peligrosa, y el resultado, también los niños hasta te hacen dibujitos, se quieren tomar la foto contigo, te preguntan, interactúan mucho más contigo que un adulto.

La escultura en madera recuerda a la de hielo por el uso de las herramientas… ¿has trabajado el hielo?

Sí, he trabajado con una escultora que vino hoy, con Vania, y trabajamos un cubo de 4×4 metros de nieve compacta, un pódium, iba gente importante de los Olímpicos a participar en una competencia, y de ahí con una motosierra tal cual la tallas.

¿Cómo defines tu estilo en la madera?

Soy muy cambiante, hago muchos animales, me gusta hacer animales por su nobleza, su espíritu, lo que representan… darle como ese honor al tronco y tratar de sacar algo digno.

¿Qué compartes de ti en cada obra que haces?

Hay mucha gente que me dice, más los niños, porque hago cosas muy caricaturizadas, animales pero no realistas, yo también los pinto, entonces el color hace que los niños tengan más atención en eso, la madera también aguanta más, también hay otros tratamientos que también se les puede poner, pero sí me gusta la alegría en cada una de mis obras, amarillos, azules, marrones, óxidos, hacer contrastes.

¿Qué representa de ti ese estilo?

La libertad y la felicidad, el dejarte fluir en la vida, como un animal…

¿Con qué animal te identificas?

Uy, con una cabra, soy como una cabrita que anda por ahí de un lado a otro, medio me pierdo, luego regreso…

¿Cómo te autodefines?

Así, espontánea, no soy muy organizada, tengo una balanza diferente.

¿Hasta dónde quieres llegar con tu arte en diez años?

Yo quiero crear en el lugar donde vivo, en el rancho en Tepatitlán, un lugar artístico, de residencias artísticas, de seguir haciendo simposios, jalar a más gente para que vean el tipo de eventos tan bonitos que se pueden llegar a hacer aquí en México, y traernos gente del extranjero para que conozca nuestra cultura, y a los mismos chavitos, hacerlos que también si tienen alguna inquietud, porque como no se conoce este tipo de arte aquí, hacerlos ver que funciona, que puedes viajar, que puedes conocer, que puede ser feliz con lo que quieres, darlo a conocer aquí en México.

¿Haces obra monumental?

He hecho talla en madera como de doce metros de altura, unos gigantes que se llaman eucaliptos en el Parque Bicentenario en Zapotlanejo, estuve en colaboración con un amigo,  hicimos una rotonda pero hubo varios colaboradores. Y obras yo sola, creo que tres metros en madera, pero hago de todo, me gusta hacer mucho joyería, hago miniaturas que hasta me pongo aumento para para hacerlo, y de todo, yo brinco de una cosa a otra, te digo que soy como una cabra, ando de aquí para allá, a veces ando haciendo joyería mini con cera, o a veces estoy con la motosierra…

¿Cuál es tu reto con la madera?

Es interno yo creo, el resultado es el que te hace sentir con una satisfacción, y cada obra, no nada más la madera, pero es muy bonito, por ejemplo en un simposio es mucha presión porque solo tienes cuatro, cinco, seis días, depende del simposio, y depende de la medida de la madera, entonces trabajas bajo presión, no es como estar en tu taller, que sabes que vas por un café, vas a dar una vuelta, entonces estás muy concentrado, la gente llega, te pregunta cosas, y estás ahí para eso, para enseñarle a las personas lo que se puede lograr y ver todo el proceso…

¿Dónde se puede conocer tu obra?

Tengo Instagram y Facebook como Diana Villaseñor, y tengo una página que se llama wood.art.mx