Las lecciones del primer debate presidencial

Hablemos en serio / Javier Orozco Alvarado /Ex rector de la Universidad de Guadalajara en Puerto Vallarta

En la guerra, en la política y el amor todo se vale

El pasado domingo 7 del mes en curso, fue el primer debate presidencial de las candidatas Claudia Sheinbaum (Morena),  Xochitl Gálvez  (PRIAN) y el candidato Jorge A. Maynes (MC).

Al día siguiente,  los resultados de múltiples encuestas no se hicieron esperar para dar como ganadora del debate a la candidata oficial de Morena, con un amplio margen que solamente vino a confirmar que sigue siendo la puntera y la favorita para ganar la elección presidencial el próximo 2 de junio.

Se observa que, a pesar de los esfuerzos de la oposición por dar un vuelco a esta tendencia, las preferencias a favor de Sheinbaum no se movieron. Esto a pesar de la guerra sucia que desde hace tiempo se viene orquestando para dañar la imagen del presidente, sus hijos y la candidata del oficialismo.

Y como bien dice el adagio popular; en la guerra, en la política y el amor todo se vale. Especialmente en política; donde la traición, la deslealtad, la ingratitud y la mentira, son ingredientes que reflejan la ambición de la oposición por el poder.

En el afán de destruir al contrario para ocupar la silla o desplazarlo del poder,  se construyen historias, se inventan acusaciones o se recurre al desprestigio del oponente; como si el que va por el poder garantizara que no hará lo mismo.

Pero en política el poder tiene ciclos; por eso, para destronar al contrincante hay que tener las pruebas suficientes, documentadas y sustentadas para no caer en ambiciosas vulgaridades.

Cuando llegaron los tiempos de expulsar al PRI, el PAN y a MC, fue porque cumplieron su ciclo y llenaron el vaso de piedritas al electorado.

La tradición del poder político en Puerto Vallarta es de ciclos; basta con recordar que el PAN gobernó nueve años, desde 1995 hasta 2003, año en que concluyó su gestión Pedro Ruiz Higuera. 

Después ganó la elección el PRI en 2003, de la mano de Gustavo González, cuyo partido se mantuvo en el poder nueve años hasta la terminación del gobierno de Salvador González Reséndiz en 2010;  quien terminó su gestión con acusaciones de corrupción, sobre endeudamiento público y vínculos con el crimen organizado.

La etapa más  reciente es la que abarca otros nueve años de gobierno, desde la llegada del Mochilas con MC en 2010, que se caracterizó por la enorme corrupción y la venta del patrimonio municipal; hasta la culminación del mal  gobierno de Arturo Dávalos en 2018 y la llegada del primer gobierno morenista.

El gobierno de Morena en Puerto Vallarta es el de un partido que apenas comienza; que está sentando las bases para consolidar una nueva administración que ha tenido que encarar la corrupción sindical, vicios burocráticos y deficiencias de infraestructura y mantenimiento urbano que heredaron del régimen emecista.

Por eso, según la lógica política, Morena en Puerto Vallarta cumplirá su ciclo en 2030, a pesar de las vulgares ambiciones de la oposición; al igual que lo siguen intentando las estrategias de guerra sucia contra Claudia Sheinbaum y las candidatas y candidatos del partido guinda.