La vida sin amor

Historias para Reflexionar

Cuenta la historia de un joven que un buen día visitó a un sabio consejero, pues se sentía afligido por los sentimientos encontrados que tenía por su familia. Desde que entró a la adolescencia había tenido muchos conflictos con sus padres y discusiones casi a diario. El joven pensaba dejar la casa y no volver nunca más, así ambas partes, él y su familia, pensaba él, estarían en paz.

El sabio lo escuchó pacientemente, y al final solo le dijo una cosa:

—Ámala.

—Pero, —tartamudeó el joven—, sigo sin entender…

—Ámala —insistió el sabio.

El joven se veía todavía más confundido, así que el sabio le pidió que se sentara un momento y escuchara lo siguiente con atención:

—Hijo, amar es una decisión, no un sentimiento. Amar es dedicación y entrega, es un verbo, una acción, y el fruto de esa acción es el amor. ¡El amor es un ejercicio de jardinería! Arranca lo que hace mal, prepara el terreno, siembra, sé paciente, riega y cuida. Prepárate porque habrá plagas, sequías o diluvios, pero no abandones tu jardín. Simplemente ama. ¿Sabes por qué? Porque la inteligencia sin amor te hace perverso; la justicia sin amor te hace implacable; la riqueza sin amor te hace avaro; el éxito sin amor te hace arrogante; el trabajo sin amor te hace un esclavo.

El sabio hizo una pausa y luego dijo:

—Y la vida, sin amor, no tiene sentido.