EL Síndrome de Noé: Un problema fantasma de la salud pública

ConCiencia Animal / MVZ. Carlos Arturo Martínez Jiménez

Síndrome de Noé, es específicamente un trastorno psiquiátrico catalogado como un acumulamiento compulsivo

El acaparamiento animal o Síndrome de Noé, es específicamente un trastorno psiquiátrico catalogado como un acumulamiento compulsivo en el Manual de Diagnóstico y Estadística de las Enfermedades Mentales a partir de año 2013, en el que una persona tiende a acumular una cantidad excesiva de animales en casa u otros lugares que sobrepasan sus capacidades tanto físicas como económicas para el recibimiento de una atención y cuidados necesarios para todos, y estas personas comúnmente niegan o minimizan las condiciones deplorables en las que viven, tanto ellos como los animales, aunque sea evidente que no les es posible tenerlos con niveles mínimos de limpieza, espacio, alimento y cuidado veterinario.

El Síndrome de Noé es cada vez más frecuente, y se reportan casos diariamente en todo México, pero estos pasan desapercibidos o incluso son aprobados por las autoridades, cuando estamos frente a un problema enorme de salud pública, y sobre todo, a una situación de indudable falta de bienestar, maltrato animal e inclusive llegando a crueldad extrema hacia los animales.

En riesgo el bienestar y la vida

Acumular animales pone en riesgo la vida y el bienestar de los mismos, pues pueden sufrir de falta de alimento y agua limpia, de espacio, de una buena socialización, y de atención veterinaria, teniendo sufrimiento por hambre, sed, dolor, lesión, enfermedades infecciosas, incomodidad, miedo, estrés y la incapacidad de expresar el comportamiento natural de la especie con los niveles de hacinamiento.

Las razones por las que una persona se vuelve acumuladora de animales son muy diversas, pudiendo originarse por un estado emocional y mental que les lleva a tratar de llenar una necesidad personal, las investigaciones para esta acumulación patológica convergen en que puede ser producto de condiciones como desórdenes de apego, paranoias, pensamiento delusivo, depresión entre otros, además de factores socio ambientales como una comunidad indiferente hacia los animales, o algo más alarmante que esta también creciendo en la sociedad, que es el deslindarse de la responsabilidad de la tenencia de los animales cuando estos ya no los quieren al aventarlos o abandonarlos en las calles o refugios, a sabiendas que tanto personas o asociaciones civiles pro animalistas o hasta las mismos acumuladores de animales se harán cargo de ellos alimentando aún más el problema.

Algunas características de los acumuladores de animales son:

  • Suelen hacerse pasar por los autodenominados “rescatistas” o salvadores de animales y pueden convencer fácilmente a los demás de sus buenas intenciones.
  • Suelen acudir a espacios donde hay una población importante de animales en colonias marginales, parques públicos, basureros, etcétera, donde obtienen animales que nadie extrañará ni reclamará, u ofrecen ayuda para dar casa puente o albergue a animales en la gran mayoría de redes sociales donde es tema los conceptos denominados “rescate o adopción de animales”.
  • Llegan a realizar labores altruistas como campañas de vacunación, atención veterinaria, esterilización gratuita o a bajo precio en sus propios espacios, como una forma de ponerse en la mira de personas que después pretendan abandonar animales en su domicilio.
  • En el caso de los médicos veterinarios podemos darnos cuenta porque suelen acudir con varios médicos en una misma semana para que de cierta manera que nadie pueda tener bien la cuenta de la cantidad de animales que tienen o llevan a un animal bañado y perfumado para ocultar el hedor a orina y podredumbre y argumentan que es recién rescatado para justificar su pobre estado de salud, y aprovechan para solicitar medicación para otros animales con otros padecimientos para no tener que llevarlos a atender.
  • En las casas suele ser muy evidente del mal olor por orina, heces o hasta cadáveres, y la cantidad de ladridos y maullidos son incesantes en la mayor parte del tiempo durante el día, pero tienen el acceso restringido o controlado para no se vea la situación de los animales.
  • Los animales están muy delgados, pasivos y no están bien socializados. Incluso puede haber luchas y agresiones entre los mismos animales a causa de esa mala socialización
  • Muchas de estas personas tienen tiña, sarna, han sufrido de toxoplasmosis o leptospira y otras enfermedades a causa de la zoonosis por la nula bioseguridad proporcionada y después de un tiempo tienden a quedarse solos ya que las personas que los rodean se cansan de la situación y los abandonan.
  • Suelen pedir de forma muy dramática y frecuente donativos o dinero.
  • Y finalmente, si alguien les detecta el acumulamiento, no reconocen el daño que la acumulación significa para los animales en su hogar, y niegan tener un problema de acumulación, aun cuando les rodea una situación deplorable o creen que por amar a sus animales o por haberlos rescatados, ya los animales están en buenas condiciones, aunque estos no vivan con bienestar.

Hay que entender que el único objetivo de estas personas es obtener animales y harán lo que sea para lograrlo, parte importante de una tenencia responsable de animales es tener solo aquellos a los que les podemos dar una vida digna y conocer cuáles son los cuidados que necesita un animal de compañía.

Cómo ayudar

La mejor manera de ayudar es que, si eres vecino de un lugar donde se escuchan muchos perros ladrar, pelearse, gatos maullar y chillar sin parar o hay olores insoportables a orines, excrementos sangre, y putrefacción, levantar una denuncia a las autoridades, o si adoptaste un animal y te lo entregaron con un problema crónico en patas, piel, pulmones, oídos, desnutrición severa, anorexia, diarrea persistente, o una enfermedad infecciosa sin que te lo hayan mencionado, pide a tu médico veterinario un chequeo general y un comprobante del estado clínico ya que podrían ser víctimas de un acumulador de animales y tu ayuda puede salvar a cientos de animales.

Urgen acciones de la autoridad

En el caso de las autoridades, urge un registro y revisión periódica de los albergues y refugios, que cuenten con todas las condiciones estructurales, financieras y humanas para poder llevar a cabo su loable labor además de crear y aplicar realmente las leyes y reglamentos; esto junto con una verdadera y organizada campaña de educación sobre tenencia responsable y bienestar animal.

Y también por parte de las asociaciones civiles, buscar nuevas estrategias para reducir el maltrato y la sobrepoblación animal, haciendo a las personas responsables de sus actos y dejar de cargar dichas responsabilidades todo el tiempo o depositarlas en otras porque a cierta población se le hace mucho más fácil abandonar un animal sabiendo que habrá otra persona que lo rescate y lo acomode en otro lado sin alguna consecuencia.

Un problema de salud pública

Hay que dimensionar realmente el problema para erradicar el peligro para la salud pública, y por supuesto acabar con el sufrimiento de los animales que están ahí atrapados, porque los acumuladores de animales no se dan cuenta ni tienen conciencia de la situación que han creado, y a menudo carecen de empatía por los animales en su acopio, o peor aún, es una entrada de dinero que no paga impuestos y no están bajo supervisión los destinos reales que se le da al recurso.

La conducta acumuladora de animales es un serio problema de salud mental, física, pública y ambiental que ha recibido muy escasa atención, por no decir nula.