El poder de las redes sociales y la amistad

Educación y parentalidad / Dr. Jesús Cabral Araiza

No dejemos la educación más importante en manos de alguien o algo que les puede perjudicar en su desarrollo

“No trates de ser un padre perfecto, no lo serás, trata de ser el mejor ejemplo.”

A nadie sorprende que somos seres sociales por naturaleza, sin embargo y entre otras dificultades de la parentalidad, los retos que los padres modernos enfrentan han cambiado en algunos aspectos para enseñar la manera más integral de socializar y hacer redes sociales de apoyo para la vida.

Algunos podrán pensar que justamente hoy en día tenemos un sinfín de posibilidades tecnológicas y virtuales para socializar. Pero justamente es parte del reto que quiero plantear a superar. Las redes tecnológicas de apoyo ¿qué son? En efecto, son herramientas que nos acercan a otros de manera virtual, pero no necesariamente de manera afectivo-emocional integral. Salvo que previamente se construyera dicho vínculo. Es decir, entre una pareja, miembros de una familia, amigos, entre otros.

Y es que, si bien es cierto que los vínculos creados hasta de manera presencial pueden llegar a ser falsos y poco confiables, con las redes virtuales dicho riesgo aumenta. Pues la falta de compromiso de la comunicación cara a cara, así como la palabra empeñada a la vista del otro, hacen que la gente mienta con más facilidad o no se vincule como lo haría de manera “natural” en persona.

Cuando somos padres de hijos pequeños, procuramos enseñar a nuestros hijos la manera correcta de hacer las cosas, es decir, a crecer con valores y ser personas de bien de manera integral. Sin embargo, hoy en día cada vez con mayor frecuencia el reto de ser una buena pareja ejemplar para nuestros hijos o un buen padre o madre individual, se complejiza ante la facilidad con la que los niños acceden a un dispositivo que limita su desarrollo psicosocial de manera sana. 

Y sí, me refiero a que no es natural que un niño “socialice” con una pantalla, que “desarrolle” vínculos virtuales que en el mejor de los casos le hacen tener una noción que hay alguien a distancia, pero quién sabe dónde y exactamente quién sabe con qué intenciones, pues no puede ir aprendiendo por igual de la comunicación no verbal que se observa frente a frente, ni de las sutilezas del cambio de voz, entre otros aspectos no verbales involucrados en una comunicación integral presencial.

Los padres modernos no están valorando que saldrá mas caro a la larga el costo de que una pantalla entretenga o eduque a su hijo, en comparación con el juego psicomotriz, la compañía de su palabra o guía, así como el ejemplo a seguir cuando se desea ser buen padre o tutor, o simplemente la búsqueda de construcción de redes sociales de apoyo sanas en integrales. Situación que no es nada fácil, pues suele el niño tener dificultades justamente para entender que todos necesitamos compartir, perdonar, disculpar, disculparnos, hacer las cosas correctamente, resarcir el daño, entre otros aspectos de la vida que no necesariamente los enseña de manera adecuada la virtualidad.

Le dejo unas preguntas finales: ¿qué tan buen padre o madre cree que es?, ¿les ha preguntado a sus hijos sobre su rol de padre o tutor?, ¿qué tanta calidad de tiempo dedica a la crianza de sus hijos?, ¿qué tanto tiempo al día deja a sus hijos libremente con un dispositivo electrónico?, ¿supervisa adecuadamente los sitios y las personas con las que interactuar su hijo de manera virtual? Considero que estas y otras preguntas vinculadas al tema son pertinentes, pero solo quiero igual señalar que no estoy satanizando ni estoy en contra de los dispositivos que todos usamos, la reflexión es sobre el tiempo y administración que usamos dichos aparatos.

Que no dejemos la educación más importante en manos de alguien o algo que les puede perjudicar en su desarrollo. ¿Usted ya hizo una buena evaluación de este tema? Que pase un buen día amable lector.