El estafador de Tinder

Aunque no lo parezca estas personas son muy peligrosas en cualquiera de las fases en las que se estén mostrando

SanaMente

Ana Paula González Toledo

Psiquiatra

Un claro ejemplo de trastorno antisocial de la personalidad. Netflix estrenó hace pocas semanas un largometraje sobre un joven israelí que enamora mujeres para después engañarlas. A través de una aplicación de citas creo un perfil donde aparentemente era un billonario hijo de un magnate.

Si analizamos la palabra antisocial nos será más sencillo comprender e identificar las conductas de estas personas. Anti significa en contra, social se refiere a una sociedad o grupo, por lo que un antisocial no es aquel que se aísla y no le hace daño a nadie, no. Son quienes están en contra de la sociedad y del bien común, quien miente, engaña, y en general no percibe que las normas y reglas apliquen para ellos. Existen antisociales de todo tipo, pero una gran bandera roja que los delata a todos, es que al inicio son muy amables, agradables y carismáticos tal como se muestra el personaje de la película.

Las etapas por medio de las cuales los antisociales o sociópatas engañan son las siguientes.  El bombardeo de amor es la primera etapa y consiste en abrumar a las víctimas con muestras de cordialidad y cariño desproporcionado para el periodo de tiempo que llevan conociéndose, en el film se observa que el estafador las invita a viajar en un jet privado desde el primer día de conocerlo y les propone matrimonio a las semanas etcétera.

A pesar de que existen cientos de refranes que tienen como finalidad prevenir a las personas y enseñar a desconfiar de los aduladores en la etapa del bombardeo de amor, seguimos cayendo en el engaño. Por poner dos ejemplos de los cientos de refranes que hay dependiendo el país y el idioma; “El hombre le hace caricias al caballo para montarlo” y el refrán traducido del inglés “Si algo está demasiado perfumado, es para camuflajear el olor a podrido”.

La segunda etapa es la de las promesas, o campaña electoral, es donde el antisocial hábilmente detecta y materializa los anhelos y sueños de la víctima para transformarlos en promesas. Coloquialmente diríamos que le “endulza el oído a su víctima” o “le da atole con el dedo”.

La tercera etapa en el engaño es en la que el sociópata hace creer a su víctima que existe un obstáculo o conflicto, y le pide a la víctima hacer algo para ayudarle a superarlo. Una prueba de lealtad o amor. Ya sea en forma de un voto, en el caso de los políticos o como préstamos económicos, como es el caso del estafador de Tinder.

Y por último llega la etapa del desengaño, la dura realidad en donde al obtener lo que deseaba, el sociópata pierde el interés y es en vano que la víctima suplique y demande que sean cumplidas las promesas que se le hicieron, pues no obtendrá respuesta.

Aunque no lo parezca estas personas son muy peligrosas en cualquiera de las fases en las que se estén mostrando, pues tienden a enfurecerse si son descubiertos o denunciados. Debido a que carecen de empatía y de culpa, no miden ni les interesa el daño que generan. Como sociedad es de vital importancia educar a los niños sobre el tema porque, aunque todas las películas infantiles cuentan con su villano, no se les explica de una manera realista como reconocer y lidiar con estos individuos hasta que es demasiado tarde.