Dietas BARF en perros y gatos

ConCiencia Animal / MVZ. Carlos Arturo Martínez Jiménez

Las dietas BARF, hablando en materia de salud pública, implican un riesgo sanitario

Las dietas llamadas “Comida Cruda Biológicamente Apropiada” o conocida en por siglas en inglés “BARF”, consiste en la preparación de alimentos con ingredientes de origen animal como carne, vísceras, huesos, leche, huevos y algunos vegetales crudos o sin cocinar, para la nutrición de perros y gatos domésticos.

Es una tendencia que viene desde la década de los 90´s que sobrevino de la mano de publicaciones sin bases científicas, y que ha incrementado su popularidad recientemente en esa incesante búsqueda popular sin fundamentos adecuados del bienestar de los animales, así como en el respeto malentendido a la naturaleza carnívora de los perros y gatos domésticos, así como la controversia, pánico o desconfianza que cierto sector de la sociedad tiene hacia las marcas comerciales o procedimientos industriales, mismas que se tienen con la alimentación humana.

Pasión sin preparación

Dichas dietas son elaboradas casi en su totalidad por personas apasionadas que, sin preparación o estudios en nutrición, balanceo o formulación de dietas, y mucho menos conocimientos de bioquímica, fisiología digestiva de perros y de gatos, y sobre todo con una ignorancia en inocuidad alimentaria, hacen o venden dichos productos, que además de que no cuentan con los protocolos que pide la ley, tienen muy poco o nulo respaldo de las instituciones encargadas de la salud y sanidad animal y humana.

Y como muchas veces lo hemos visto, las ideologías con buenas intenciones hacen parecer que acercar nuevamente la alimentación de los animales de compañía a la dieta que seguirían si estuviesen en un entorno natural, podría mejorar su calidad de vida y prevenir problemas de salud, sería una muy buena idea, pero este planteamiento se derrumba a las condiciones reales en las que viven nuestras mascotas, donde la domesticación tuvo un costo evolutivo y adaptativo que los dejó lejos de lo que eran en estado salvaje.

No hay alimentos perfectos

Esta evolución, por dar un ejemplo, incorporó, diversos cambios genéticos, como la capacidad de digerir almidón o metabolizar las grasas. Y la realidad es que no existe un alimento perfecto, todos en diferentes medidas y porcentajes tienen beneficios y desventajas, pero las dietas de alimento, pienso, como por ejemplo, en las croquetas de calidad Premium, Superpremium o Hiperpremium, tienen el suficiente respaldo e información científica para ser aun la mejor opción como base de la nutrición de perros o gatos.

Por otro lado, las dietas BARF tienen en cuanto a la constitución de ingredientes o formulación, deficiencias o excesos y desequilibrio de nutrientes, y aunque sus investigaciones podrían aparentar cierta legitimidad, no hay evidencia científica que avale estos resultados, sobre todo en efectos a mediano y largo plazo, ya que los espejismos que las personas observan en estas dietas como pelo lustroso, se debe al alto contenido en grasas de la dieta, pero que tiempo después puede causar alteraciones gastrointestinales e incrementar el riesgo de obesidad, o que pueden observar una buena consistencia de las heces, pero que en un momento dado pudieran surgir problemas como obstrucciones intestinales.

Falta de conocimientos

Además, con incorporación de frutas o verduras frescas como fuentes de vitaminas y minerales, se reduce sustancialmente por el alto contenido de fibras que impide su absorción en los perros y gatos, así como el uso de huesos como fuente de calcio es un total falta de conocimiento, ya que la forma estructural molecular tampoco es absorbible, o la adición de aceites vegetales para obtener omegas 3 y 6 tampoco es factible, porque los perros y gatos no pueden producir ácido eicosapentaenoico o el ácido docosahexaenoico, a partir de dichos aceites, que en resumen no solo es que un ingrediente contenga los nutrientes, lo esencial es que dichos nutrientes puedan ser absorbidos por el animal en cuestión, pero eso está lejos del entendimiento de las personas que defienden este tipo de dietas.

La gravedad de las dietas BARF

Dados algunos conceptos nutricionales del porqué estas dietas BARF no son adecuadas como alimento base en perros y gatos domésticos, ahora profundizo un poco en algo que es aún más grave y nos incumbe a todos: la seguridad alimentaria. Y es que las dietas BARF, hablando en materia de salud pública, implican un riesgo sanitario, ya que el manejo que se le da a estas dietas está abismalmente lejos de cumplir cualquier norma de inocuidad alimentaria del país, ya que la refrigeración o congelación de estos alimentos no destruye microorganismos patógenos por cristalización, porque la superficie de la carne cruda, al igual que la de consumo humano, puede estar contaminada con numerosos microorganismos o parásitos como Escherichia coli o Listeria monocytogenes, que tienen mecanismos para evitar esa cristalización y resisten condiciones inhóspitas, por dar un par de ejemplos, de los muchos otros que pueden producir intoxicaciones alimentarias graves y el riesgo real de que pasen a nuestros alimentos por contaminación cruzada, ya que nuestra mascota puede ser un portador asintomático y nos los transmita por contacto directo a través de una lamida cariñosa, o cuando recogemos sus heces ampliando el riesgo de salud pública por la posible dispersión de bacterias resistentes a los antibióticos.

Zapatero a tus zapatos

Y una vez más lo reitero: el Médico Veterinario Zootecnista fue concebido para salvaguardar la salud pública a través de los animales como prioridad suprema y elemental, y ante la sociedad somos los responsables de garantizar la inocuidad de los productos de origen animal, tanto para el consumo humano como de otros animales, y los veterinarios dedicados a las pequeñas especies, es invaluable recomendar la mejor dieta para cada paciente con la conciencia, compromiso y responsabilidad que esto implica, informándonos y capacitándonos adecuadamente.

La salud animal y pública no es un berrinche o una moda, y el uso y riesgo de cualquier tipo de dieta se debe informar al propietario.

Acuda con verdaderos profesionales

Al público en general les invito a acudir con un médico veterinario con cedula profesional, a informarse y que le hagan una evaluación a su mascota para saber si es adecuado o no darle o combinar ciertas dietas, no le confíen a cualquier persona la nutrición de su perro o gato, porque los médicos veterinarios en el puerto, hemos atendido muchísimos casos de pacientes con distintos grados de desnutrición e intoxicaciones alimentarias a causa de estas dietas BARF, que no garantizan las misma calidad siempre en sus ingredientes, y que no cumplen ni tienen los registros ante el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria que avalen, tanto su calidad como su inocuidad como alimento, y que no existe un solo estudio serio que indique que las carnes pueden ser esterilizadas por congelación.

¡Ah! y para esas personas ingeniosas que seguro se van a ir del otro lado de la balanza, los alimentos tienen un punto de cocción justo para su calidad e inocuidad, esto implica que cocinar los alimentos en forma excesiva solo ocasionará que se pierdan la estructura efectiva de los nutrientes y que posiblemente actúen como alérgenos alimentarios.