Añoranzas navideñas

Educación y parentalidad / Dr.Jesús Cabral Araiza

Para una buena parte de la población, y particularmente en estas festividades decembrinas, la sensibilidad está a flor de piel

“Los niños no tienen pasado ni futuro, por eso gozan del presente, cosa que rara vez nos ocurre a nosotros.”

Jean de la Bruyere

Para nadie es una sorpresa que estas fechas navideñas y de fin de año, activan una sensibilidad humana que no se ve en otras épocas del año. Lo cierto es que para una buena parte de la población, y particularmente en estas festividades decembrinas, la sensibilidad está a flor de piel, pero, ¿cuál sensibilidad?

En general toda, pero en particular hacia las cosas y personas que se añoran y ya no están presentes, quizás la felicidad plena no se logra en parte por la actitud que tenemos de querer tener a todas las personas de nuestro pasado feliz, todas las cosas materiales que ya se han ido, o incluso las acciones que realizábamos físicamente y que ahora no podemos hacerlas.

En ocasiones, valoramos poco y reflexionamos quizás menos, que parte de la vida es disfrutar el trayecto con lo que se presenta, con lo poco o mucho que tenemos y con las personas que si están y que hemos cerramos ciclos con las personas que viven en nuestros recuerdos.

Sin embargo, no es el común denominador con muchas personas, por lo que estas fechas suelen ser el pretexto para emborracharse hasta perder la conciencia, pelear como una manera de gestionar sus frustraciones, o en peores casos hasta atentar contra su propia vida. El asunto no es poca cosa, hay estudios que lo demuestran, y hay especialistas que atienden particularmente en estas fechas estas crisis.

La tarea de intervención no es fácil, pues muchas veces las sonrisas esconden tristeza y lagrimas en el fondo, no resulta cómodo hablar de tristezas cuando se supone que en estas fechas “todo mundo es feliz…”

La verdad y no es que sea ciencia de cohetes, lo que sí es que no resulta fácil, es gestionar de manera madura los sentimientos, pero como no suelen enseñarnos de pequeños ello, aquí algunas recomendaciones genéricas que quizás le puedan ayudar:

  • Analice bien sus motivaciones y molestias, identificando sus sentimientos hacia los recuerdos con las personas, situaciones u objetos que han generado añoranza hacia el pasado.
  • De ser posible háblelo o escriba una carta hacia esa persona o personas, aclarando y siendo empático y constructivo a fin de resolver la situación.
  • Hable de frente preferentemente, “no dé a entender” diga con claridad empatía y asertividad lo que desea y recuerde en todo momento que la intención de hablar es resolver.
  • Reconozca los esfuerzos por atender y gestionar de los otros, mostrando empatía hacia ellos y no solo a sus necesidades y sentimientos.
  • Acepte sus pérdidas y añoranzas y trate de exponer por qué le hacen sentir de tal o cual manera.
  • Quizás incluso con estas sugerencias no sea suficiente, pero serán primeros pasos hacia resoluciones que en un futuro se puedan construir mas ampliamente.

Por mi parte le deseo las mejores fiestas de su vida, mostrando buenos sentimientos hacia quienes lo rodean y aprovechando cada oportunidad de dar y recibir amor.