Educar para la paz

“Si se convirtiera en una disciplina especial, la paz sería el más noble de todos los temas, dado que la vida misma, de la humanidad depende de él. Quizás también dependa de él la posibilidad de que nuestra civilización evolucione o desaparezca”

María Montessori

“Si se convirtiera en una disciplina especial, la paz sería el más noble de todos los temas, dado que la vida misma, de la humanidad depende de él. Quizás también dependa de él la posibilidad de que nuestra civilización evolucione o desaparezca” María Montessori

Es cierto, el cúmulo de acontecimientos que quebrantan la paz, nos arrastra, nos golpea y a muchos nos saca de balance. Cada uno de nosotros obtenemos día con día nuestra ración, es imposible estar al margen, la tecnología no lo permite.

Ni que decir de actuar, eso es para los “otros” los gobernantes, nada es nuestra responsabilidad y horrorizados observamos el comienzo de una atroz guerra y juzgamos, no nos gusta que nadie se robe “La Paz”.

Con hartazgo, se reflexiona sobre el sistema de justicia en el mundo. Como eco, los mensajes y los acontecimientos se pronuncian infinidad de veces, por muchas voces y por diversos canales y, con sus consabidas consecuencias negativas en el ánimo colectivo.

Sin embargo, lo que llama la atención es que los seres humanos no evolucionamos, se siguen cometiendo los mismos errores -sí- pero mayores atrocidades, se culpa a la tecnología porque en lugar de utilizarla para proteger y sanar al mundo y toda su diversidad -incluida la humanidad-, se utiliza para crear potentes e inimaginables armas de destrucción masiva. Pobre poder en manos equivocadas.

También, tanto a nivel individual, como global se sigue sin respetar las leyes — de Dios, del hombre, de la naturaleza y del Universo- y cada día se cometen infinidad de crímenes de guerra y contra “Lesa Humanidad”, donde a pesar de todas las experiencias del pasado, se sigue pensando, haciendo, produciendo y consumiendo lo mismo, y nuestra mente continua en la misma tónica o peor. La conciencia utilizada por el ego colectivo se manifiesta con pensamientos negativos. El caos global sigue esparciendo sus semillas de odio por doquier.

Por ello, es importante recordar nuevamente el pensamiento de la educadora, científica, médica, psiquiatra, filósofa, psicóloga y humanista italiana María Montessori, quien mencionó que “Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz, la gente educa para la competencia y este es el principio de cualquier guerra. Cuando eduquemos para cooperar y ser solidarios unos con otros, ese día estamos educando para la paz.”

También, ella sostuvo que “…la tarea de la política es prevenir los conflictos; la de la educación es establecer la paz. Debemos convencer al mundo de la necesidad de realizar un esfuerzo universal, colectivo, por sentar las bases para la paz.” Por lo tanto, no se requieren análisis profundos ni conclusiones inteligentes. Con un poco de paz al servicio de la conciencia se logrará la inspiración, la intuición, la concentración y el respeto a nuestros semejantes.

Así mismo, es importante mencionar que el país que hasta cierto punto parece haber aprendido de sus errores es Japón, ya que es uno de las pocas naciones que no tiene ejército, aunque cuentan con mejor y mayor armamento que naciones como Sudáfrica, Irak o Arabia Saudita, están impedidos a tener fuerzas armadas y sólo pueden actuar en caso de estricta autodefensa.

En consecuencia, Japón ha creado uno de los modelos educativos más revolucionarios y que está enfocado en crear ciudadanos del mundo, no japoneses, el cual es un plan piloto llamado «Cambio Valiente» (Futoji no henko), basado en los programas educativos Erasmus, Grundtvig, Monnet, Ashoka y Comenius, y lo novedoso es que es un verdadero cambio conceptual, porque los estudiantes entenderán y aceptarán diferentes culturas y sus horizontes serán globales, no nacionales. Lo que en teoría es una urgente medida en el mundo, erradicar la lucha de poder entre naciones y sus funestos intereses. http://letrassahumerias.blogspot.com/