Suicidio

Consejos de una abuelita moderna / Por un México mejor

Tenemos que acostumbrarnos a ser más misericordiosos con nuestros semejantes, y tratar de ayudarles como nos gustaría que lo hicieran con nosotros

No existe noticia más aterrorizante para los familiares de una persona que de una forma u otra decida quitarse la vida, ya que difícilmente pueden borrar esa última imagen de ese ser querido encontrado en el fatídico lugar…

De inmediato surgen miles de preguntas las cuales son muy difíciles para encontrar la respuesta correcta del porqué lo hizo…

Cuando era estudiante de secundaria, al vecino de una amiga lo llevaron de emergencia al hospital por… “Intento de Suicidio”, ya que su mamá al llevarle la cena a su recámara, lo encontró inconsciente, tirado en el piso, y el médico le dijo que su hijo se había querido quitar la vida, pues encontraron un frasco de medicinas sin etiqueta, al lado del cuerpo…

La madre estaba inconsolable preguntándose infinidad de motivos que podrían haber sido la causa del haber tomado esa inexplicable decisión… En forma increíble esa hermosa mujer envejeció en horas; Gracias a Dios, lograron salvar al chico y cuando volvió en sí, se extrañó cuando los padres angustiados preguntaron el por qué…

Él simplemente contestó:

¡Jamás pensaría quitarme la vida y menos después de comprobar lo mucho que me aman y se preocupan por mí!… Lo que pasó fue que como en lugar de estudiar para los exámenes finales de mañana, preferí ir a pasear con mi novia; y como… ¡No me preparé lo suficiente!, un amigo me dio ésas pastillas que él tomaba para no dormir y así podía estudiar toda la noche…

Por desgracia, muchos jóvenes, que “aparentemente” se han quitado la vida (con substancias nocivas, en automóviles, aventado de las alturas, o realizando juegos peligrosos), más que un suicidio, ha sido una competencia absurda e irresponsable, que por su misma edad, no se detienen a analizar las consecuencias de sus actos ni… ¡a quienes puedan afectar tanto física, psicológica, monetaria o legalmente!… ¡Cuántos inocentes traumados se encuentran en los famosos reclusorios, y tal vez de por vida, según el enojo de los padres pudientes y afectados!…

También es muy común el suicidio en las familias… ¡Cuando prevalece la violencia familiar y es heredada por generaciones!…

Cuando han existido patrones de conducta que en lugar de enfrentar sus problemas, tratando de encontrar una solución (pérdida de trabajo, o de grandes capitales, o de un ser muy amado, o ya ustedes sabrán), prefieren acudir al suicidio que enfrentarse con valor y la frente en alto, a esos altibajos de la vida… ¡Que nadie estamos exentos de sufrir!

Otro ejemplo muy común en la mayoría de esos padres mexicanos que quieren y hasta exigen… ¡Muchos “machitos”, en su familia, ya que las “viejas”, sólo sirven para atenderlos en todo lo que ellos les exijan!… La prueba es que existe un triste dicho popular que dice: “¡Las viejas son como las carabinas, siempre deben estar cargadas y en el rincón!”…

Por desgracia he conocido infinidad de familias desintegradas, que con el pretexto de que sus hijos necesitan un nuevo “padre o madre” para que funja como esa imagen hogareña faltante… Meten a convivir a extraños, con sus criaturas, sin haberles pedido su opinión al respecto; y en lugar de lograr obtener un hogar lleno de dicha y felicidad, esa convivencia se convierte ¡en un verdadero infierno!… Y si por desgracia llegan esos “medios hermanos”… ¡Los primeros hijos salen doblemente afectados!; recuerden: “¡O todos hijos, o todos entenados!”…

La mayoría de los niños “de la calle”, que son violados, drogados, rechazados, humillados, o sirven para el sustento de un adulto vividor… ¡Son hijos de esas familias desintegradas, donde sus progenitores prefirieron darle el lugar al extraño, que a sus irrepetibles ángeles terrenales!; esos  niños “no deseados” porque son la viva imagen del padre o madre que los abandonó…

Las criaturas que se salvan de un “suicidio aparente” (les he visto terriblemente flageladas, por seres desquiciados que habitan en las calles de esas lujosas ciudades),  ¡mueren de frío o inanición!…  Y por desgracia… ¡Pocos son los seres humanos que se detienen para ayudarles!, pero… ¡Muchos son los que critican al suicidio, sin piedad!…

Tenemos que acostumbrarnos a ser más misericordiosos con nuestros semejantes, y tratar de ayudarles como nos gustaría que lo hicieran con nosotros, en caso de estar viviendo en esa terrible y angustiante situación…

Cariñosamente  Ana I.