“Dejo mis emociones para que la gente imagine lo que tenga que imaginar”

Daniel Cruz, pianista

El mayor reto es la concentración, hacer que todo lo que tú estás haciendo, salga como debe de salir

Daniel Cruz

Miguel Ángel Ocaña Reyes

Daniel Cruz es un joven pianista que poco a poco ha forjado su carrera en la música, hijo de dos pianistas, su vocación natural la desarrolló bajo la tutela de sus padres sin dejar de poner sus ojos en las enseñanzas fuera de la familia.

En 2011 a mitad de la carrera de piano participó en un concurso de solistas en la ciudad de Toluca, ganando el primer lugar estatal, con lo cual tuvo la oportunidad de debutar con orquesta y al mismo tiempo de ganar una beca para estudiar en el extranjero, por lo cual concluyó su carrera en el Conservatorio de Milán en Italia hasta 2015, donde tuvo la oportunidad de participar en varios festivales internacionales como Piano City, Festa de la Música, el Concurso Marco Bramanti, en el cual tuvo oportunidad de conocer a talentosos pianistas, ahí consiguió el tercer lugar.

Actualmente se presenta en Café des Artistes los domingos y los lunes a partir de las siete de la noche, donde cautiva con el piano al público asistente.

¿Es tu amor por la música producto de la tradición familiar?

Desde que nosotros éramos chiquitos, mis hermanos y yo, nuestros padres siempre nos inculcaron el amor por la música, cualquiera que sea el género, pero ese amor por la música, sin embargo eso no era sinónimo de que nos obligaran a ser músicos, entonces, ¿qué pasa?, número uno, sí es una inspiración mi papá y mi mamá, porque los dos son músicos, pero también cuando yo era adolescente se fue desarrollando ese amor propio que me nació no sólo del instrumento, del piano, sino de la música clásica, sobre todo en general y música englobada, te podría decir que fue un diez por ciento inspiración por mis padres, y si quieres verlo como la tradición familiar, pero fue un 90 por ciento de amor propio que me nació a mí, cuando tenía 14 o 15 años cuando dije, esto tiene que ser para mí.

¿A esa edad decidiste que querías vivir de la música?

Sí, fue curioso porque yo le platiqué a mi mamá, sí me gustaría estudiar la carrera de piano, ella me dijo, “si tú quieres estudiarla está bien, pero no te sientas obligado por nosotros o porque sientas que debes de seguir una tradición, de papá doctor, hijo doctor, si tú quieres ser veterinario, arquitecto, lo que tú quieras, con toda la libertad, y si quieres estudiar música, te vamos a apoyar igual”, fue entonces cuando dije, sí quiero, entonces a los 17 años fue cuando formalmente después de concluir los estudios de bachillerato, decido entrar a la Escuela Superior de Música de Toluca, que es donde comienzo formalmente mi licenciatura en piano.

¿Por qué el piano y no otro instrumento?

Eso sí puedo decir que fue por herencia, en el sentido de que mi papá, pianista, mi mamá domina el instrumento, mi hermana también es pianista, entonces escucharlo tanto en casa fue como “tengo curiosidad”, quizá si mi papá fuera violinista yo sería violinista, no lo sé, o igual fue un talento natural que agarré piano y no voy a decir hago magia, pero noté que se me facilitaba, entonces yo creo que sí fue porque lo escuchaba diario en casa, pero ya cuando yo tenía la habilidad de discernir qué instrumento me gustaba, definitivamente el que me enamoró fue el piano, me gustan otros instrumentos, obviamente, disfruto mucho el violín, me gusta mucho el corno inglés, las percusiones, las cuerdas en general, pero el que me apasiona y me roba el aliento, es el piano sin duda.

¿Cuántos instrumentos tocas?

Sólo domino el piano, normalmente, y no quiero sonar mal, pero el músico que te dice, yo domino el piano y soy director de orquesta y toco el violín y toco la guitarra y también le sé a la batería y compongo, tú sabes que al que dos amos atiende, con uno queda mal, entonces para decir que realmente dominas un instrumento musical, que realmente ejecutas como se tiene que ejecutar un instrumento musical, es una vida, una vida para un solo instrumento, hay genios que tocan dos o tres, pero precisamente, son genios, yo creo que cualquier mortal como nosotros si queremos ejecutar un instrumento bien, nos alcanza para uno.

¿Alguna vez pensaste en otra profesión que no fuer la música?

Por supuesto, me gustan mucho las ventas, de hecho me he dedicado a las ventas, soy también asesor financiero, tengo mi cédula profesional de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, es una carrera que intenté combinar junto con la música, pero al final las dos son muy celosas, tanto ventas como música son muy celosas, y vuelvo a lo que te comenté, el que a dos amos sirve, con uno queda mal, entonces fue una etapa en mi vida en la que sentía que no tenía que dejar el piano, pero amaba las ventas, y sentía que no tenía que dejar las ventas, pero no el piano, entonces tuve que ponerlo en una balanza, pensé que quizá cuando me consolide en una u otra, pueda entonces retomar las dos, ahorita no es el momento, pero si yo no fuese pianista, o el día de mañana Dios me quitara mi conocimiento o el talento, ventas sería lo mío definitivamente, seguros de vida.

¿Qué te gusta dar de ti cada vez que interpretas una melodía?

Número uno en cuando a público o foro se refiere, siempre he dicho que toque para una o cien personas, o toque en el Palacio de Bellas Artes o en un ejido, mi pasión siempre va a ser la misma, porque no se trata de a quién le estás interpretando, o quién te está apreciando, sino que la gente sienta lo que tú estás haciendo, entonces ¿qué doy cuando toco el piano?, muchos superfluamente te dirán que lo dejan todo en el instrumento o que son muy apasionados, pero siendo más serios en realidad, creo que dejas todo tu conocimiento, la concentración que requiere estar en ese momento tocando, sí tiene que ver con la pasión, pero lo que yo sobre todo dejo, son mis emociones, cuando yo interpreto sobre todo música clásica, quizá tú no te imagines lo que estás escuchando de la misma manera en la que yo me lo estoy imaginando, pero si te hice imaginar algo, significa que estoy haciendo mi trabajo bien, entonces, yo dejo mis emociones para que la gente imagine lo que tenga que imaginar, sienta lo mismo que yo estoy sintiendo al escuchar todas las notas o la obra en general.

¿Cuál es el mayor reto frente a un auditorio?

Yo creo que de primera instancia, dominar el nervio, grandes maestros de toda la música de toda la historia, siempre han dicho que el nervio jamás se quita, aprendemos a dominarlo, pero jamás se va, siempre vas a sentir ese cosquilleo en el estómago cuando estás atrás de la cortina, que te asomas al auditorio y ves una o cien personas, pero con que veas alguien ahí, sientes ese nerviosismo, a pesar de que sé hacer bien mi trabajo, a pesar de que estudié y me preparé para el recital, siempre existe el nervio, que aprendamos a dominarlo es diferente, y aprender a dominarlo sí requiere muchísima práctica, no tanto en el hecho de tocar mucho frente a personas, sino práctica mental, aprender a dominarte a ti mismo, para que la gente no te domine a ti, aprender, como dirían en el arte escénico, a poner tu cuarta pared para que tú no sientas, no significa que no estás conectado con ellos, sino que simplemente que miradas o cosas así, no están interfiriendo en lo que tú tienes que hacer.

Después de eso, el mayor reto es la concentración, hacer que doto lo que tú estás haciendo, salga como debe de salir, Beethoven, un gran maestro y de mis compositores favoritos, tenía una frase que sigue vigente y que es muy cierta: “Tocar una nota equivocada es admisible, pero tocar sin pasión es imperdonable”, esto quiere decir que el mayor reto es hacerlo con pasión, porque muchas personas podemos llegar y si aprendemos a tocar, tocamos, movemos los dedos y basta, pero realmente hacer esa conexión en tú y el instrumento es lo bonito y lo complicado también, ese para mí es el mayor reto, conectarte tú con el instrumento, y al mismo tiempo estar pensando en “no estoy nervioso”, llegar a ese grado de concentración en el que ya te alejaste de todo para estar únicamente ejecutando la obra que tienes que estar haciendo, ese es el mayor reto.

¿Qué es lo que más disfrutas tocar?

En global me gusta la música clásica, es para lo que más me he preparado, me gusta también el jazz, me gusta tocar música mexicana, me gusta jugar con mis amigos de vez en cuando en la casa tocando algo popular, pero sin duda lo que más disfruto hacer y tocar es música clásica, respecto a algún periodo en especial me gusta mucho el periodo romántico, que comprende entre 1810 hasta 1850, es lo que se considera el romanticismo, no sólo en música, sino en lectura, en teatro, etcétera; también me gusta la época moderna, que refiere del periodo 1900 hasta 1940, de 1940 en adelante se considera contemporáneo, también me gustó obviamente el periodo clásico, que es aproximadamente de 1730-40, hasta 1810, que es donde incluso Beethoven es el que rompe, el que hace ese parte aguas, ya con sus últimas obras con el romanticismo, hay una gran diferencia, una brecha inmensa entre sus obras clásicas y sus obras románticas, son los tres periodos que más disfruto de interpretar.

¿Qué opinas de la música de hoy en día?

Siempre he dicho lo siguiente con vario colegas músicos, al final el mundo sigue dando genios, sí los sigue dando, pero no al grado o el nivel en el que nosotros los conocimos, para mí en lo particular y muchos músicos coinciden conmigo, el último genio que dio la música como tal, fue Stravinsky que fue del periodo contemporáneo, fue donde yo creo, la música clásica de los grandes compositores, murió, ya después sí ha habido grandes compositores, pero para mí, no genios, sin embargo,  respondiendo a tu pregunta, hay muy buenas composiciones, hay gente que realmente está haciendo las cosas muy bien, pero no tienen, pero no tienen el apoyo necesario, no tienen el contacto, el vínculo, no tienen la forma de hacer que su arte sea igual de valorado que la música más popular, hablando vagamente de reguetón, quién no conoce a tal cantante de tal banda, quién no conoce a tal cantante de pop, todo mundo lo conoce, pero si yo salgo a la calle y le pregunto a la gene quién es Alexis Aranda, me van a decir no lo conozco, y  Alexix Aranda es un compositor mexicano cuyas obras se han presentado en Sudamérica, en Europa, Estados Unidos, Asia, es un compositor súper reconocido, pero lamentablemente sólo en el medio de la música clásica se conoce, entonces eso es lo que a nosotros nos merma y nos duele, que no se le dé el mismo valor, o que incluso se le dé más valor a la música superficial, a la música que realmente alimenta el espíritu del hombre, eso es lo que yo noto de la música de hoy.

¿Qué opinas de los compositores mexicanos como Revuelas y Ponce?

Redundando en el tema hubo grandes compositores y genios mexicanos, Silvestre Revueltas, Manuel María Ponce, Ricardo Castro, Felipe Villanueva, uno que fue muy criticado pero a la vez muy alabado es Julián Carrillo, quien se conoce más por su famoso Sonido 13, es un tema muy complejo, no voy a ahondar en él, Carlos Chávez también fue un compositor muy reconocido, la música mexicana en ese periodo se le llama el nacionalismo, que es música al estilo de la música clásica que nosotros conocemos, pero con el patriotismo mexicano, por ahí, Silvestre Revueltas, Manuel María Ponce, tocan algunos temas muy conocidos mexicanos, unas polcas, unos huapangos, que son muy sonados y los convierten en obras de auditorio, en obras de salas de concierto muy bonitas, y realmente eso es lo que nosotros también debemos de portar con orgullo, el hecho de que no nos avergüence decir, “yo prefiero tocar algo de un compositor estadounidense que de un mexicano”, la música mexicana del nacionalismo es maravillosa.

¿Qué te dejó tu experiencia en el extranjero?

La experiencia que me deja es que tengo nuevos horizontes, abrí muchísimo mi mente, antes de irme yo pensaba que el mundo de la música clásica era muy cerrado, toco, me pagan, me voy, pero no, cuando estoy allá se abre mi mente, mi panorama sobre lo que es el mundo de la música clásica.

¿Qué importancia tiene para un músico el director de orquesta?

Muchas personas suelen subestimar el arte del director de orquesta, la tarea de unificar 80 músicos para que la obra se ejecute de manera perfecta, no es tanto que sin el director no funcione, quita el director y la orquesta puede sonar sola, pero ¿cuánto tiempo?, tres o cuatro minutos antes de que cada quien empiece a hacer lo que se le dé la gana en tiempo, ritmo, volumen, en todo, lo que hace el director de orquesta como tal, es unificar todas las ideas de todos los músicos y la suya, y volverla una sola expresión a lo más cercano que quería el compositor, esa es la tarea principal del director de orquesta.