Un cerebro, la esfera y una cáscara

Hola, soy tu cerebro. Soy el que amas y odias. Nuestro amor es único y pasional. No puedes vivir sin mí y, sábete que lo único que deseo es tu bienestar

Cristina Gutiérrez Mar/ Cucus

Utopía Vainilla

Hola, soy tu cerebro. Soy el que amas y odias. Nuestro amor es único y pasional. No puedes vivir sin mí y, sábete que lo único que deseo es tu bienestar. Sé que muchas veces te hago pasar malos ratos porque tus arrepentimientos me alteran. Sé que soy el que te hace que compres un chocolate en un autoservicio o un frappuccino grande con extra crema batida o el que te dice que una cerveza más no es ninguna.

Soy el que hace que pongas en el carrito del Súper algunas cosas que no venían en tu lista, como galletas o la bolsa de papitas. Soy el que hace que te sirvas de todos los postrecitos del buffet y le pongas más queso a tus nachos.

Soy el que hace que compres una blusa (o dos, tal vez tres) por impulso cuando sólo ibas por el regalo de tu abuela. El que hace que pidas una dona cuando ibas únicamente por un café y, el que te dice que mejor hagas las cosas mañana, total un día más no podría afectarte.

Todos estos impulsos se originan en mí. Te lo explicaré de una forma sencilla: En la parte central de mí, existe una especie de esfera donde se encuentran todos tus impulsos. Además, una cáscara cubre dicha esfera. En la cáscara se encuentra el pensamiento racional, que es tu modo lógico de razonamiento.

La esfera de los impulsos es tu primer pensamiento por la sencilla razón que es la que te mantiene con vida. Así que los impulsos son tan difíciles de esquivar porque es lo primero piensas. El pensamiento racional tarda un poco en razonar el impulso.

Resumiendo, si tú sabes de antemano que dicho impulso (antojo) te hará daño, de todas maneras, lo llevas a cabo. Ejemplo: Comerte un helado gigante con triple chocolate y chispas de colores, sabiendo que es chatarra lo que te llevas a tu cuerpo. Peor aún, que te comes todo el helado estando satisfecho desde la mitad del vaso. No supiste empujar el impulso al razonamiento.

Así que no me culpes, yo así soy por naturaleza, así fui creado.  Pero tú puedes ser mi capitán y guiarme. Así que atrévete a ser diferente y convierte tus impulsos en decisiones efectivas para un bien mayor. Haz que mi cáscara del razonamiento trabaje más que mi esfera de los impulsos.

Te ama, Tu Cerebro.

PD. Come frutas, verduras y semillas.