Suicidio o asesinato
Consejos de una Bisabuelita Moderna / Por un México Mejor
Un llamado a reflexionar: la soledad de la juventud y sus consecuencias
Durante la hora de descanso en la secundaria, un grupo de jóvenes se reunió abatido. Una compañera de tercer grado había tomado la drástica decisión de quitarse la vida. En el velorio, los adultos estaban desconcertados. “¿Cómo pudo ocurrir? Si lo tenía todo: dinero, padres exitosos, una vida social plena…”, repetían. Pero entre los jóvenes, las reflexiones iban más allá de lo aparente.
La conversación comenzó con las palabras de una chica:
—No sé si se fijaron, pero mientras nosotros llorábamos por su decisión, los adultos solo se preguntaban por qué lo hizo si ‘lo tenía todo’. Me puse a pensar en cómo era ella. Casi nunca hablaba de sí misma; solo respondía preguntas de la escuela. Era una de las más adelantadas, pero siempre estaba sola, recargada en aquel árbol, pensativa.
A estas palabras, varios recordaron:
—¡Es cierto! Ese árbol era su refugio…
Un compañero añadió, con una mezcla de culpa y tristeza:
—Una vez, con una hoja larga, le acaricié la oreja para asustarla. Ella se rio y me dijo: “Mejor ve a molestar a tus compañeros.” Pero justo después, vi cómo se limpiaba una lágrima. Pensé que era por el susto. Más tarde, antes de regresar al salón, le pedí perdón y noté que tenía los ojos llorosos…
Otro, recién egresado, confesó:
—Una vez la vi bajo el árbol, con los ojos cerrados y llenos de lágrimas. Me alejé rápido, pero no hice nada por ayudarla…
La chica retomó la palabra:
—Recuerdo un día que fui a pedirle ayuda con matemáticas. Levantó la vista y tenía los ojos húmedos. Me dijo que una hoja le había golpeado el rostro. Le ofrecí mi pañuelo y, aunque me agradeció, me quedó esa imagen grabada. Por eso, en la funeraria no podía dejar de pensar en cómo los casos de jóvenes que desertan de la vida aumentan alarmantemente…
El egresado añadió una reflexión compartida por su abuela:
—Cuando otro joven del pueblo se quitó la vida, mi abuela dijo algo que no olvido: “Estos actos irresponsables seguirán mientras los valores familiares sigan decayendo. Desde que se introdujo una educación que aleja a los jóvenes de la identidad nacional, de la ética y el civismo, todo cambió. Ahora, se prioriza el dinero sobre la familia. Padres y madres están tan ocupados en sus negocios y compromisos sociales que dejan a sus hijos en segundo plano. Muchos buscan afecto y no lo encuentran… y así, llegan a esta tragedia.”
Esta experiencia compartida deja una lección profunda: la importancia de escuchar, observar y conectar. La soledad, aun en medio de aparentes comodidades, puede ser devastadora.
Para mis hermosos Ángeles Terrenales del ¨Grupo Canica¨.
Cariñosamente su Bisabuelita Ana I.