Psicología del supervisor en la producción o servicio

En el supervisor siempre valdrá la pena considerar su salud mental, su equilibrio entre las presiones laborales y personales
Educación y parentalidad Dr. Jesús Cabral Araiza

Hablar de la psicología en la supervisión, es hablar de algunos aspectos que son inherentes a todo ser humano. Así, no es raro recordar que todos alguna vez hemos tenido esa sensación de “poder” sobre los otros, de decidir sobre su presente o futuro, o de llamar la atención o incluso reprimir a alguien más, pero, ¿de qué depende el que sea uno u otro factor el preponderante a la hora de realizar la supervisión de una actividad laboral, ya sea en la producción de bienes materiales o en el trabajo de servicio al cliente?

Pues bien, por principio de cuentas tendremos que reflexionar un poco qué implica ser supervisor y qué hace.

El supervisor es un elemento clave dentro de cualquier organización. Aunque existen diferentes estilos de supervisor, existen algunas generalidades que todos deben tener, ya que la calidad del trabajo, el rendimiento, la moral y el desarrollo de buenas actitudes por parte de los trabajadores depende de él.

Son labores imprescindibles del supervisor dirigir y evaluar el trabajo de todos los trabajadores, a quienes debe conocer uno a uno, pero no son las únicas, las funciones del supervisor son claves dentro de las PyMES y, en general, en cualquier empresa.

Pero entonces, ¿qué hace un supervisor para que su trabajo se considere valioso o necesario, y qué factores psicológicos contribuyen a ello? Pues bien, un supervisor deberá reunir los siguientes requisitos para ser considerado en tal rol:

Deberá conocer las tareas y actividades de sus supervisados, ello como una de las maneras de tener el respeto y reconocimiento de sus trabajadores.

  • Mostrar actitudes directivas, hablando con respeto y asertividad a sus supervisados.
  • Debe estar él mismo y trasmitir dicha motivación a sus supervisados con respeto y profesionalismo.
  • Deberá ser conocedor tanto de las políticas, normativas internas y cultura de la organización, así como de su nivel de autoridad y de la vinculación con otras unidades operativas.
  • Tan importante como dirigir a su personal, es formar adecuadamente a su gente en el trabajo, haciendo enriquecedoras las actividades laborales que se desarrollen y buscando siempre la mejora continua.
  • Las funciones de un supervisor son: Coordinar, es decir, dar seguimiento a los trabajos operativos, organizativos, logísticos y administrativos de la organización que está bajo su responsabilidad. Distribuir el trabajo respecto al personal que está bajo su tutela, el supervisor debe definir quiénes son los responsables de las actividades que se van a desarrollar, fijando los lapsos estimados para la realización de las tareas. Vincular departamentos, contar con la habilidad para trabajar en equipo, alineándose con las diversas áreas y unidades que conforman a la organización. Mediar y asesorar; en la medida en que le sea posible, intentará resolver conflictos entre sus subalternos a través del consejo y la asesoría, así también del personal de otras unidades operativas de la organización. Igual, debe conocer las técnicas de evaluación de personal, tales como el análisis del cargo, la medición del desempeño laboral, la aplicación de pruebas y los rasgos de la personalidad de los trabajadores. Promover y practicar la comunicación integral, pues los supervisores deben fomentar la comunicación, tanto para el bien de la compañía como para el de sus subalternos y el suyo propio.

Ahora bien, en todo este mundo formal y funcional de la supervisión y para la persona que hace el rol del mismo, siempre valdrá la pena considerar su salud mental, su equilibrio entre las presiones laborales y personales, y sus actitud y disposición para enfrentar dichas presiones, pues en mucho el manejo equilibrado de las mismas, dependerá de la eficacia de su labor.