Petfriendly
Por: Miguel Ángel Ocaña Reyes
Más que una tendencia, una revolución comercial y una responsabilidad estratégica
El fenómeno petfriendly llegó para quedarse. No es una moda pasajera, sino un cambio cultural profundo donde las mascotas son consideradas familia. Ignorar esta realidad no es solo perder una oportunidad comercial; es el riesgo de quedarse obsoleto y enfrentar repercusiones reputacionales y legales, de ahí que la capacitación sobre el tema es la única opción viable:
1. Oportunidad comercial cuantificable y en crecimiento
El petfriendly es un tema de competitividad, pero va más allá: se trata de capturar un mercado de alto poder adquisitivo y lealtad exacerbada.
El “factor aumento de cuenta”: Una familia que viaja con su mascota no solo gasta en su hospedaje y alimentación. Gasta en servicios adicionales premium: camas especiales, menús gourmet para perros, servicios de doggy daycare, paseadores, spas, sesiones de foto, y hasta tratamientos estéticos. Esto incrementa el ticket promedio de manera significativa.
Turismo de larga estancia: Los viajeros con mascotas suelen preferir estadías más largas para evitar el estrés de viajes frecuentes. Un destino bien preparado se convierte en su refugio, asegurando una temporada baja más activa.
Fidelización absoluta: Un turista petfriendly que encuentra un hotel, restaurante o plaza comercial que supera sus expectativas, no solo volverá, sino que se convertirá en su mejor embajador en redes sociales. Compartirán fotos de su mascota feliz, etiquetando su negocio, generando una publicidad orgánica invaluable y altamente creíble.
2. La Gestión Proactiva del Riesgo: Protegiendo el negocio y la salud
Es necesario estar alerta sobre posibles demandas y malas reseñas. Esto es la punta del iceberg. La preparación es un seguro de reputación.
Protocolos de Salud y Seguridad (PSS): No se trata solo de “dejar entrar perros”. Se requiere:
Zonas delimitadas y bien señalizadas: Tanto espacios de convivencia como áreas restringidas para alérgicos o quienes prefieren evitar animales.
Higiene Excepcional: Protocolos de limpieza y desinfección reforzados, con productos efectivos y seguros para animales. La presencia de un dispensador de bolsas para desechos y una estación de limpieza de patas no es un extra, es un mínimo indispensable.
Prevención de Incidentes: Capacitar al personal para interactuar con mascotas y sus dueños, saber cómo actuar ante un altercado entre animales o una emergencia veterinaria. Tener un botiquín básico veterinario y los contactos de un veterinario de guardia es una muestra de profesionalismo que se paga con confianza.
3. La ventaja competitiva definitiva para los destinos turísticos
Puerto Vallarta, Riviera Maya y Los Cabos son los destinos que deberán ir por el turismo premium.
Crear un Ecosistema Petfriendly: La ventaja no la tiene el hotel o restaurante aislado, sino el destino completo. Un turista con mascota planifica su viaje en función de la oferta integral: ¿puedo llegar con mi perro al aeropuerto? ¿hay transporte petfriendly? ¿podré visitar playas, parques y plazas comerciales? Un destino que ofrezca una experiencia sin fisuras se posicionará como el líder indiscutible.
Certificaciones y Estándares: Implantar una certificación local o regional (“Vallarta Petfriendly Certified”, por ejemplo) que garantice unos estándares de calidad, seguridad e higiene, permite a los turistas identificar fácilmente los negocios de confianza. Esto eleva la marca-destino y genera un círculo virtuoso de mejora continua.
Marketing experiencial: No se venden habitaciones, se venden experiencias. Las campañas de marketing deben mostrar la experiencia emocional de vacacionar con la familia completa. Imaginen campañas con eslóganes como: “Vallarta: Donde los mejores recuerdos incluyen huellas mojadas”.
Conclusión
El tema petfriendly es un vector de crecimiento, un mitigador de riesgos y un diferenciador estratégico. No adoptarlo es cerrar las puertas a una de las tendencias de consumo más sólidas de la última década.
La invitación es a abordarlo con profesionalismo desde el principio. No basta con colocar un plato con agua en la puerta. Se necesita una estrategia integral que combine la calidez del trato familiar con el rigor de los protocolos de seguridad e higiene.
Los destinos y negocios que entiendan esto no solo capturarán un mercado fiel y rentable, sino que se colocarán a la vanguardia, construyendo una reputación sólida que los convertirá en referentes nacionales e internacionales. El futuro del turismo tiene cuatro patas, y es un futuro brillante para quien sepa recibirlo.

