Pasivos Políticos

En general lleva años obtener conciencia política, y en México aún no estamos acostumbrados a poner en tela de juicio nuestras verdaderas carencias

Por:  Marisú Ramírez

Es triste siquiera mencionarlo, pero en nuestro país difícilmente tenemos un dejo de conciencia política. La política está ahí de forma permanente. La forma en que incursionamos en ella es lo que marca la diferencia.

Según el Instituto de Investigaciones Jurídicas… El conflicto surge entre valores considerados como morales y valores políticos, o entre la llamada moralidad pública y la moralidad privada. Grosso modo podemos decir que la objeción de conciencia se plantea como una contradicción entre las obligaciones establecidas por el derecho y por la moral.

Hablando de forma cuantitativa, la manifestación en favor de tal o cual candidato, realmente importa poco, en las contiendas alguien gana y otro pierde, necio es repetirlo.

En realidad, los que perdemos somos nosotros, los actores pasivos en la política, bajo el argumento de “qué tanto es tantito”. Los taquitos están muy buenos, aunque tenga que hacer largas filas y las tortillas frías, donde carece de importancia si la despensa otorgada tiene tres o más productos, lo que realmente importa es no regresar con las manos vacías a casa.

Sin embargo, lo que suele ocurrir es que la mayoría se manifiesta a favor del acto de recibir la dádiva y otros pocos en contra de ella. Esto en general, no puede tener otra consecuencia que cierta ruptura en la sociedad.

A fin de cuentas, el gobierno es un reflejo de la sociedad, donde no tiene nada de malo tener una preferencia política. Pero si ese gobierno está en el poder es porque todos lo sostuvimos y sostenemos activa o pasivamente, todos somos responsables de que ese gobierno esté allí, ostentando el poder.

El político estadounidense Franklin D. Roosevelt mencionó alguna vez que… la aspiración democrática no es una simple fase reciente de la historia humana. Es la historia humana.

Por lo tanto, podríamos cuestionar por qué la evolución política en México dista mucha de serlo. Padecemos lo impensable en otras naciones, es culpa de la permisividad, que en gran parte se va dando con los contextos político, económico y social; y nos empuja a la intolerancia.

En general lleva años obtener conciencia política, y en México aún no estamos acostumbrados a poner en tela de juicio nuestras verdaderas carencias. Cuando todos comprendamos de forma suficientemente crítica y se transforme nuestra conciencia, entonces esos gobiernos no volverán. Ya lo dijo Antonio Machado “En política sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela”. Es difícil derrumbar nuestro sistema de creencias. ¿Cierto?

Debemos actuar para transformar nuestro país y nuestras instituciones.  Considerar que lo que está ocurriendo, tanto socialmente como individualmente, es algo necesario para nuestra evolución.

Apliquemos nuestra entereza y con firmeza mostrar algo diferente a la sociedad, pero sin lastimar a nadie porque eso demerita nuestra calidad humana al volvernos seres carentes de respeto y tolerancia a los que piensan contrario a nosotros.

La ambivalencia empeora el problema de separación y ruptura que estamos viviendo. Seamos seres conscientes de nuestras necesidades sociales que son muchas, dejemos de compadecerlas y padecerlas a cada momento. Por respeto a nuestros seres queridos y a nosotros mismos, evitemos pagar las consecuencias de nuestras malas acciones y decisiones políticas.

Es necesario reflexionar lo que somos como sociedad y lo que somos como individuos al formar parte de esa sociedad y sacar a la superficie temas mucho más profundos, donde cada uno hará su propio análisis y tomará la decisión que lo ayude a encontrar un lugar “activo” dentro de los procesos electorales. masryram@msn.com