Mantener la hoguera encendida

Gracias a los que están, gracias a los que son, gracias a los que dan, a los que entienden que estamos todos conectados
Letras Sahumerias Por: M en E Marisú Ramírez Muñoz masryram@msn.com

Con amor para para todos los que hacen esa pequeña diferencia en mi vida y en la de los demás ¡Gracias por ser y estar!

En la víspera y durante la transición hacia un nuevo ciclo, los mensajes y las acciones de nuestros seres queridos llenaron nuestros días de amor, encendiendo esa chispa esencial en nuestra existencia.

Los mensajes, por lo general son expresados en pequeños lapsos de nostalgia que desatan un cúmulo de sentimientos y que son una gran fuente de inspiración para transitar en el nuevo ciclo.

Por ello, uno de los mejores mensajes que recibí, es el de Marisol Muñoz mi hermana de sangre y del alma, el cual versa así:

“Agradecer es lo único que no puedo dejar de hacer. Dios es tan grande y tan sabio, tan perfecto, que una vez más, a lo largo de este año puso en mi vida exactamente lo que necesitaba para aprender, para que mi alma avanzara un pasito más hacia la luz, hacia el entendimiento de lo que es verdaderamente importante.

Aprendí a ser más tolerante, más fuerte, y valoré aún más mi libertad, mi independencia, mi salud mental y física, a mi familia, y sobre todo a darle un lugar a cada cosa y a cada persona, el lugar que se merecen, el lugar que corresponde dentro de las leyes universales de amor y reciprocidad.

Entendí, que cada uno damos única y exclusivamente lo que llevamos dentro, y basta con detenernos a observar lo que damos cada día a los demás para determinar quiénes somos y de qué estamos hechos. Pero también entendí, que muchas veces las personas están hechas de lo que otros han depositado en ellas, porque han permitido que lo que está afuera determine sus actos, emociones y pensamientos; no es su culpa, hay que entender, aceptar y solamente estar ahí, a un lado, dejando que cada alma siga su curso de aprendizaje.

Hoy sonrío al recordar cuántas veces creí que algo que me dolía me iba a matar, y ahora veo que solamente me hizo más fuerte y me llevó un pasito más hacia adelante. Abro los brazos y recibo la vida que tengo, la que me queda, volteo para atrás sólo para no olvidar, pero ya no con añoranza, si no como recordatorio. La vida es un ciclo lleno de más ciclos, todos con un inicio y un final.

Recordar que estamos de paso, y que no somos dueños de nada ni de nadie, pero si somos responsables de nuestro sentir, de cómo actuamos y de cómo reaccionamos ante todo y todos a nuestro alrededor. Nadie nos va a amar más que nosotros mismos, se lo debemos a Dios y a nuestra madre, porque ellos nos dieron la vida, y lo mejor que podemos hacer para honrarlos y agradecerles es ser felices. ¡Haya sido, como haya sido!”

Bellas palabras sin duda. Por ello, los mensajes que nos llegan en el chat, a menudo acortan las distancias ya que no se puede estar con todos nuestros seres queridos al mismo tiempo, cada quien transita en un espacio llamado existencia propia, pero es menester recordar que, aunque las distancias separan, siempre los llevamos en nuestro corazón, ya que son parte nuestra esencialmente.

Sin embargo, existen personas que se alejan, que se encierran, que no se permiten compartir con los demás sus penas, sus tristezas, o en contrapartida sus alegrías, sus triunfos, sus pequeños o grandes logros y permanecen alejados; sin recordar que la llama de la hoguera se fomenta entre todos los que permanecen “conectados” El fuego colectivo es más fuerte. Por ello, gracias a los que están, gracias a los que son, gracias a los que dan, a los que entienden que estamos todos conectados y que no se puede permanecer ausente de los núcleos familiares, eso inhibe la felicidad ¡Demostrado científicamente!  http://letrassahumerias.blogspot.com/