Los tres angelitos regresan

Consejos de una Abuelita Moderna

Por un México Mejor

Nuevamente en el cielo los tres angelitos cantaban alegremente al ver las maravillas del Universo, mientras Dios, explicaba que su funcionamiento, era muy parecido al maravilloso cuerpo de los habitantes del enigmático Planeta Tierra…

De pronto, cambiaron esa divina sonrisa, cuando observaron que, una maravillosa niña cancerosa e invidente, al presentir que unos compañeritos de su escuela, jugaban con esos celulares “embrutecedores”,  unos juegos tan agresivos que con sus expresiones ofensivas, cuando perdían, no existía ni la menor duda de que ¡se trataban de Juegos Bélicos!  

Como ella estaba consciente de que el mismo Dios le había permitido visitar al Planeta Tierra, con una maravillosa misión: “Enseñar a todos esos niños y jóvenes que, aparentemente estaban sanos, a que tomaran consciencia de que ese  “maravilloso intelecto” que poseían, era para ser utilizado en forma constructiva en pro de su México amado, y no en forma destructiva, porque aunque no lo creyeran, con esos juegos bélicos creados por mentes infames, se acostumbrarían a matar y destruir, porque el que más mate o destruya es el “campeón”, de esa forma los preparan para que cuando sean adultos, su comportamiento sea muy agresivo y bélico, que con buen pago, ¡hasta serían capaces de liquidar a un semejante!

El Ángel de la Paz, pidió permiso al mismo Dios de intervenir para poder ayudar a la joven invidente, y ésta llenándose de valor, se puso en el centro del grupo de sus compañeros que estaban jugando y que dejaron de hacerlo cuando ella les dijo fuertemente: ¡Basta!   

Extrañados de que la joven invidente dijera eso, más de dos preguntaron: ¿Basta de qué?

Ella expresó firmemente: ¿Qué no se dan cuenta de que unos seres endemoniados han creado esos infames juegos bélicos para que ustedes se acostumbren ver morir a personas que, si se ubicaran en la vida real, estarían dándole gracias al Ser Supremo de que en nuestro hermoso país no existan las guerras que pongan en peligro la vida de sus seres amados y les respeten sus hogares?

Otro dijo: Pero si tú eres una pobre ciega, ¿cómo puedes saber lo que jugamos?

Ella exclamó: ¡Pobre de ti que siempre te defiendes insultando!, debes saber que a pesar de estar ciega, puedo ver más que tú, con mis otros sentidos, por tu aroma y voz, te aseguro que eres Narcedalio; y estás jugando con: Horacio, Pancracio y Filomeno…

El Ángel de la Alegría y Felicidad, después de pedir permiso a Papá Dios, le dijo al oído a la fabulosa chica, para que les preguntara a los jóvenes: ¿Por qué mejor no juegan al futbol y así me ayudan para que me pueda integrar al grupo y sea una excelente porrista?; pues me encantaría hacerlo, y, con su bondadosa ayuda, estoy segura que lo lograría…

De pronto el Ángel del Amor, suplicó su intervención y Dios lo permitió. Entrando en esos corazones de los cuatro jugadores, porque los que iban perdiendo, de sus hermosos labios salían palabras tan obscenas, que al principio del año molestaban a algunos compañeros, pero como nadie les reprimía, todos se acostumbraron  a ese léxico vulgar.

Gracias a la valentía de la joven invidente, y de la intervención de los tres Angelitos, los cuatro amigos jugadores con sus celulares, a la hora del recreo, decidieron abandonar esos juegos bélicos y meterse las canchas, para jugar futbol ayudando a su amiga para que fuera la mejor porrista en sus juegos…

Todos fueron muy felices cuando comprendieron el terrible daño cerebral que les producían esos terribles juegos bélicos.

Cariñosamente Ana I.