La venganza del presidente contra el INE

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Andrés Manuel está hoy en el poder, tiene el cariño y la aprobación de un gran número de personas

El presidente sigue con sus deseos de venganza contra el Instituto Nacional Electoral (INE), organismo al cual le tiene un rencor especial desde aquellas elecciones de 2006, en las que Felipe Calderón le ganó la presidencia de México por una diferencia de votos muy pequeña. Situación que levantó suspicacias por parte de Andrés Manuel y quienes creen en su proyecto.

De eso han pasado casi 16 años, México ha tenido un presidente del Partido Acción Nacional, otro del Partido Revolucionario Institucional y después el órgano electoral brindó la rotunda victoria a Andrés Manuel y a su partido político en 2018 (Movimiento Regeneración Nacional).

Desde su llegada, ha exclamado en varias ocasiones y de diferentes formas, que el Instituto Nacional Electoral no funciona, e incluso ha atacado a sus miembros una y otra vez. A pesar de que fue el INE el que le dio el triunfo, fue el INE el que realizó la consulta de justicia y también fue el INE quien organizó la consulta de revocación de mandato.

Esto no es suficiente para nuestro presidente, él sigue atacando a Lorenzo Córdova y al instituto que dirige, a tal grado que este jueves mandó su propuesta de Reforma Electoral, en donde las intenciones más relevantes serían:

1.- Cambiar el nombre a “Instituto Nacional de Elecciones y Consultas”

2.- Que todos los procesos electorales sean llevados a cabo por la institución federal

3.- Remover a consejeros para elegir nuevos por voto popular

4.- Quitarle autonomía

Ahora bien, pensemos en las repercusiones que esta reforma traería a la democracia del país en el mismo orden de las intenciones:

1.- El cambio de nombre de la institución repercute en un gasto innecesario de imagen y de publicidad para buscar generar credibilidad.

2.- Si todo lo llevará el mismo instituto, es probable que haya una atención menor, lo que daría como resultado mayor margen de errores.

3.- El voto popular a consejeros impuestos por el ejecutivo necesita de conocimiento que la mayoría de la población no tenemos.

5.-Quitarle autonomía haría que las decisiones de los funcionarios electorales fueran imparciales, ya que habría cierta presión por parte del ejecutivo.

Las implicaciones son muchas, no son baratas y tampoco sencillas de resolver. Menos de un organismo que ha ido ganando la credibilidad de un país al que le ha costado llegar al momento democrático en el que estamos. Porque esa es la realidad, una realidad que el presidente no quiere ver. El pueblo ha escogido a sus gobernantes, de eso no hay duda. La prueba es que él y muchos otros están en el poder.

Andrés Manuel está hoy en el poder, tiene el cariño y la aprobación de un gran número de personas, pero le queda poco tiempo para demostrar que puede hacer todo lo que propuso en campaña y ha dicho a lo largo de cuatro años.

El tiempo corre y si bien es bien percibido en estos momentos, él debe cuidar que al acabar su sexenio no sea visto como uno más que habló mucho e hizo poco. Porque si así sucediera, el gobierno de la cuarta transformación se volvería en el gobierno del gran retroceso.

Roberto Franco Briones

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