La puesta de agosto 13. II parte.

Medicina Familiar

Dr. Marco Antonio Inda Caro

Médico de Familia

marco.inda_@hotmail.com

Ver al sol tocar el mar, es una imagen que difícilmente se olvida, en el mes de agosto se conjuga la imagen con nubes cargadas, algunas se ven rosadas y otras oscuras, así se torna el pensamiento de las personas que están dentro de un hospital, consientes del gran riesgo que implica ser intubados, desde el momento en que un enfermo decide acudir por su propia voluntad por este padecimiento, surge ansiedad y estrés emocional. Los familiares de RH creían que pronto iba a salir, incluso uno de ellos parecía que ni atención ponía cuando se trataba de comentar sobre el estado de salud.

Al día siguiente en posición prono (boca abajo).

TS: Hola buen día, ¿cómo estás?

RH: Bien ¿y tú? No alcanzo a ver el monitor, ¿cuánto marca mi saturación de oxígeno en estos momentos?

TS: Entre 85 a 88%

RH: No, de veras dime a cuánto, yo me siento bien, claro, si me retiro el oxígeno luego, luego, me fatigo, pero ya me lo pongo y listo.

TS: Sí, en serio de 85 a 88%, ¿cómo te encuentras?

RH: Un poco ansioso, inquieto, casi no puedo dormir pensando, además creo que estoy entumido, me dicen los doctores que estoy estable en estos momentos, no he mejorado, pero me siento bien.

Un pronóstico evolutivo es la caracteriza que agiliza al grupo medico en estos tiempos, por medio de tablas con porcentajes ven la probabilidad de intubar, todo esto se agrava cuando se agrega ansiedad y estrés emocional, este estado aumenta día a día en estos pacientes, incluso, provoca confusión en algunos, se ha estado observando últimamente cómo se arrancan los tubos ellos mismos, tienen que intubar de inmediato, en la misma sala que comparten entre 6 a 8 pacientes al mismo tiempo, eso altera mucho más.

TS: ¿Quieres hacer otra videollamada ahorita que puedo?

RH: ¡Claro!

Parada a un costado de la cabecera, le mandó un mensaje a la esposa para saber si ya estaba lista.

CG: Gracias, Dios te lo pague.

TS: Yo agarro el teléfono, acomódate

RH: Hola, amor, ¿cómo están?

CG: Bien amor, ¿y tú?, ¿qué te han dicho los doctores?

RH: Que estoy estable, pero que no mejoro.

Su voz era desgarradoramente débil, pausada y asfixiante, se tenía que detenerse como para agarrar fuerza y continuar hablando.

CG: Amor, échale ganas, ya queremos que estés con nosotras, vas a salir de esta, no te rajes, te vamos a seguir esperando. ¿Qué te han dicho de la intubación?, ¿la vas a necesitar?

RH: Sí, me dicen que sí, pero no te preocupes todo va a salir bien, yo me siento confiado, voy a salir de esta y me voy con ustedes, primero Dios y salgo, amor.

TS: ¿Ya casi terminamos?

RH: ¿Qué te dijo tu tía Mago del pendiente?

CG: No, nada, no te preocupes por el dinero, que ya que salieras se ponían a mano, pero no pienses en eso ahorita, piensa en que pronto vamos a estar juntos de nuevo.

RH: Ya, ya casi terminamos. No, no me preocupo, pero ahí te deje dinero donde siempre, agárralo, ve y paga.

CG: Si amor no pienses en eso por favor, ya que salgas lo arreglamos, pero por favor échale muchas ganas, no te desesperes.

Mojaba las sabanas con las lágrimas de sus ojos, el llanto era contagioso, la imagen en el pequeño cuadro del teléfono era triste,  ella se secaba las lágrimas con sus manos como podía, porque detenía a sus hijas para salir las 3, ya no le importaba levantar sus cabellos para hacerlos aun lado de su frente, ella lo que quería, era que él pudiera ver a su familia, para darle aliento a salir del fondo de esa penumbra….