La cumbre de líderes

Tanto Justin Trudeau como Joe Biden coincidieron con el presidente mexicano sobre la necesidad de conjuntar esfuerzos

Hablemos Claro

Javier Orozco Alvarado

Investigador de El Colegio de Jalisco, A.C.

El pasado dieciocho de noviembre se llevó a cabo en Washington la IX Cumbre de Líderes de América del Norte o Reunión de Amigos, como se le llamó hoy en día.  Dicha reunión se llevó a cabo por primera vez en marzo de 2005 con el objetivo de crear una Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de las Américas; esto como un capítulo adicional de lo que fue el primer TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte).

En esta ocasión, en el marco del T-MEC (Tratado México-Estados Unidos-Canadá) los temas a tratar estuvieron relacionados con Medio Ambiente, Migración, Cadenas de Suministros y Desarrollo Regional; agendas que son de interés común para los tres países, al igual que el asunto de la vacunación contra el Covid-19.

Antes de la reunión las especulaciones de los opositores al presidente Andrés Manuel auguraban que se seguramente se abordaría el tema de la reforma eléctrica, por considerar que violaba los principios del libre comercio en materia de energía contemplados en el T-MEC.  Pero cada quien especula en función de los temas que interesan a quienes se han visto beneficiados con la enorme corrupción del pasado o con las concesiones que amañadamente se otorgaron a empresas eléctricas privadas para especular en el mercado nacional con precios más elevados que la paraestatal.

La realidad es que, sobre ese tema, el gobierno de la república está proponiendo que la reforma contemple una cobertura nacional del 56% por parte de la CFE, lo cual no significa de ninguna manera que esa empresa se convierta en un monopolio del Estado o que viole los acuerdos contraídos por nuestro país en el nuevo tratado comercial; por el contrario, el que el gobierno deje en manos de particulares el 44% del mercado mexicano, significa contar con un mercado competitivo y, en el mayor de los casos, con una estructura holigopolística integrada por el Estado y el mercado en favor de las empresas y los consumidores.

Por eso, cuando se habla de las cadenas de suministros, que incluye al mercado eléctrico; sin duda, sería más favorable un servicio controlado por el Estado que uno controlado por el mercado, cuyo afán de lucro seguiría encareciendo los costos de las empresas integradas al comercio y los mercados del T-MEC.

Con todo y que se diga que Biden se inclina por la protección del medio ambiente y las energías limpias, contrario a López Obrador; la realidad es que en la recientemente celebrada COP-26 se  llegó al acuerdo que en la transición energética mundial se irá reduciendo progresivamente el empleo de los combustibles fósiles como el carbón.  Por eso, al igual que nuestro país, todo el mundo está enfocado en la transición energética sin abandonar de golpe las energías tradicionales como las nucleoeléctricas, hidroeléctricas y termoeléctricas.

Por eso, nada de lo que pronosticaban los enemigos del presidente ocurrió sobre posibles sanciones o un llamado de atención a López Obrador. Por el contrario, en esta cumbre, tanto Justin Trudeau como Joe Biden coincidieron con el presidente mexicano sobre la necesidad de conjuntar esfuerzos para mejorar las economías de los tres países, reducir las desigualdades sociales, resolver el problema migratorio e impulsar un programa de inversiones en Centro América para retener a la gente en sus lugares de origen. De hecho, el presidente Biden propuso crear un programa que denominó “Sembrando Oportunidades” para la región centroamericana, en alusión al programa mexicano de “Sembrando Vidas” en el sureste de México como estrategia para contener la emigración.

Lo cierto es que el contenido discursivo del presidente de México estuvo mucho más orientado a reflexionar sobre los temas que preocupan tanto a Estados Unidos y Canadá sobre la creciente expansión comercial de China y la fuerte dependencia de los suministros que provienen de la región Asia-Pacífico a la zona del T-MEC.

Por eso el presidente Andrés Manuel puso el dedo en la llaga cuando advirtió sobre el riesgo de la creciente hegemonía comercial de China en el mundo y el peligro de que en los próximos años ese país domine el comercio mundial y desplace a estos tres países que cuentan con valiosos recursos humanos, con tecnología, recursos naturales y una favorable proximidad geográfica.

Al final de cuentas la reunión significó un importante acercamiento diplomático entre los tres países,  en  lo que el presidente Biden denomino “reunión de pares”, muy contrariamente a la política hostil de Donald Trump que inicialmente mantuvo con México y con casi todos los países del mundo.