Gordofobia

Medicina Familiar / Dr. Marco Antonio Inda Caro / Médico de Familia

Le dijo el doctor: – Debería de pegar su INE en la puerta del refrigerador, para que cada vez que lo abra, se fije en lo gorda que se ve y deje de tragar”. La mujer de 32 años acababa de terminar con una relación amorosa tendenciosa y hostil, en su trabajo tenía un compañero que se burlaba y hacía comentarios discriminatorios por su obesidad.

Esos comentarios eran una y otra vez expresados con pacientes obesos, siendo la mayoría mujeres, como que le enfadaban más que estuvieran con algún grado de obesidad, y al momento de estar concluyendo el por qué les resultaba más difícil la recuperación laboral, lo atribuía generalmente a la obesidad.

Dijo otra quejosa: – “Ya estoy harta de este señor que dice que todo me duele porque estoy gorda y que no entiendo, sí le contesté, sí lo entiendo pero no puedo me gana la ansiedad.”

Resulta que este galeno del cual hablo, es diabético e hipertenso, y antes de la pandemia estaba con obesidad, enfermo de covid-19 requiriendo oxígeno domiciliario, a tal grado, que se vio en el límite entre la vida y la muerte.

Burlándose de la muerte, decidió bajar de peso con la ayuda de su mujer, quien a chanclasos y regañadientes, logró que bajara de peso a tal grado que mejoró su autoestima, propiciando que ahora provoque desaires, comentarios gordofóbicos, rechazo, pero, sobre todo un mal trato a personas con trastornos por obesidad.

En otra ocasión, pasó a la consulta un paciente de 39 años con obesidad mórbida, se quejaba de dolor de rodilla y de cintura con tan solo agacharse a acomodar un banquito en el que se sentaba, agregando que sufría de dolencias constantemente a cualquier movimiento, y que durante el invierno esas molestias aumentaban más, dijo el quejoso: – “Doctor, con cualquier movimiento se me entume la rodilla y no me deja hacer nada”. – “Mire –  dijo el doctor , cada vez que viene, siempre le digo lo mismo, que esas molestias de dolor son secundario a la obesidad, pero no veo que le haga la lucha de bajar de peso, yo ya no sé qué darle, y conforme se haga más viejo, es más difícil que usted baje de peso, va a llegar un momento de su vida que no va a poder caminar, por eso le voy a dar un remedio, saque una pastilla de paracetamol y póngala en el suelo, pero parada, empiece a rodarla por toda su casa y vera que a la semana que haga esto diario empieza a bajar de peso.”

Dijo el paciente que lo dejó mudo con el remedio que le dio, le dio risa y a la vez coraje, pero que sí tenía razón, cada vez que iba de decía lo mismo de que su obesidad le estaba limitando sus actividades diarias. -“Doctor” -le contestó- ¿puede ser con una pastilla de diclofenaco?, porque esas me calman un poquito la molestia, si me canso de rodarla, ¡pues nada más me la tomo y listo!