Enfermedad doble

SanaMente / Ana Paula González Toledo / Médico Psiquiatra

Un desorden mental dual es muy complejo y lamentablemente muy común en los pacientes psiquiátricos

Cuando hablamos de patología dual, nos referimos a dos trastornos mentales que se presentan al mismo tiempo, donde uno de ellos debe ser un trastorno adictivo y que pueden estar actuando como detonante o perpetuador el uno del otro.

Por ejemplo, una persona que padece un trastorno depresivo en el cual comenzó a ingerir alcohol como método para lidiar con la depresión, y desarrolló así alcoholismo, es un caso de patología dual. En un futuro si esa persona ya no se siente deprimida y continua el consumo de alcohol, el propio alcoholismo la deprimirá de nuevo y así se activa un trastorno al otro, aunque lo habitual sea la que los pacientes padecen los dos al mismo tiempo, cada uno en mayor o menor gravedad dependiendo las circunstancias y el entorno donde se encuentren.

Como vemos, un desorden mental dual es muy complejo y lamentablemente muy común en los pacientes psiquiátricos. Dependiendo las muestras, se han reportado índices del 30 % de los pacientes al 80%, en la clínica observamos que la emergencia de las adicciones tras la pandemia y el aislamiento es la más la regla que la excepción.

La combinación de patología dual más común es la de trastorno depresivo grave aunado a abuso de alcohol. Los pacientes con depresión dual presentan un curso más tórpido, constituyen un tipo de cerebro y vías neuronales afectadas diferentes con síntomas marcados de inestabilidad emocional, dificultad para prestar atención y concentrarse, más intentos de suicidio, perdida de la capacidad para percibir placer, alegría o gozo, menos cumplimiento y adherencia terapéutica, y más refracción a los tratamientos habituales.

En comparación con aquellas personas que cuentan con un sólo diagnóstico, los pacientes con patología dual muestran una elevada gravedad psicopatológica, somática y social, así como un elevado coste para la sociedad que se manifiesta a través de un mayor número de urgencias psiquiátricas, y de ingresos psiquiátricos, elevada prevalencia de suicidio, más conductas de riesgo e infecciones asociadas (VIH y hepatitis C y B), mayor tasa de marginación, y mayor número de conductas antisociales.

En la actualidad es indispensable que cualquier clínico profesional de la salud investigue e interrogue acerca trastornos adictivos. Es imposible tratar un solo trastorno y dejar el otro para después, el tratamiento de ambas enfermedades debe ser simultáneo, y es indispensable que exista una buena red de apoyo comunitario y psicosocial.