El uso del microchip en los animales de compañía
ConCiencia Animal / MVZ Carlos Arturo Martínez Jiménez
La implementación del microchip como método de identificación debería ser una prioridad en nuestra sociedad
La identificación de los animales de compañía es una práctica que lleva muchos años en el consciente colectivo como un método práctico para que los animales perdidos regresen a casa. Este sistema aumenta sustancialmente la probabilidad de que un animal extraviado sea devuelto a sus propietarios, ya que permite contactarlos con rapidez.
Sin embargo, esta conceptualización social resulta limitada y ambigua frente a las necesidades y problemas actuales que afectan a la comunidad, la salud pública y el medio ambiente. La identificación animal debería ser una prioridad fundamental para las autoridades, los activistas pro-animal y la sociedad en general. No obstante, pareciera no ser relevante, e incluso incomodar, como herramienta clave en la lucha contra el abandono y la sobrepoblación animal.
La tenencia responsable ha carecido de la dimensión y relevancia que merece. En los países más avanzados en esta materia, la solución eficaz radica en tres pilares fundamentales: el control poblacional, la educación ciudadana basada en criterios científicos y la identificación y registro de mascotas mediante tecnologías avanzadas. Entre estas, el microchip de identificación se posiciona como una de las más efectivas.
¿Qué es el microchip?
El microchip es un pequeño dispositivo electrónico, del tamaño de un grano de arroz, que se implanta de manera subcutánea en la mayoría de los animales de compañía. Este dispositivo contiene un código único que identifica al animal y está asociado a los datos de contacto de su propietario. Es imperceptible para el animal, no causa dolor, no genera alergias y los efectos secundarios son extremadamente raros.
Beneficios del microchip
El microchip no solo facilita el reencuentro entre mascotas y propietarios, sino que también actúa como una prueba legal de propiedad. Esto es especialmente relevante en casos de disputa, donde no exista una factura u otro documento que acredite la titularidad de la mascota. En situaciones legales complicadas, el microchip brinda una certeza que otros métodos, como collares con placas o códigos QR, no pueden ofrecer, ya que estos últimos pueden ser fácilmente retirados o perdidos.
Adicionalmente, el microchip ayuda a prevenir el robo de mascotas, ya que su código único no puede ser reemplazado ni falsificado.
Uso por parte de las autoridades
El microchip sería una herramienta invaluable en el combate al abandono animal. Médicos veterinarios y personal capacitado podrían escanear animales abandonados, acceder a los datos del responsable y emprender procesos legales en casos de abandono. Además, facilitaría el reencuentro de mascotas robadas o extraviadas con sus dueños, y permitiría un mejor control de la reproducción y destino de las crías.
También sería clave para elaborar censos precisos que evalúen el progreso en la problemática de abandono y sobrepoblación. Sin datos concretos, cualquier acción, por bien intencionada que sea, carece de efectividad y genera dudas sobre posibles intereses políticos o económicos detrás de estas iniciativas.
Reflexión sobre los costos
Aunque los costos de los microchips puedan parecer elevados a primera vista, representan una inversión en la tenencia responsable. Si una persona no valora la importancia de identificar a su mascota, es probable que tampoco pueda afrontar otros compromisos asociados, como atención médica en caso de enfermedad, accidentes o padecimientos graves. En estos casos, lo mejor sería reconsiderar la decisión de tener una mascota, por el bienestar del animal y de la sociedad.
La implementación del microchip como método de identificación debería ser una prioridad en nuestra sociedad. Este dispositivo no solo protege a los animales y fomenta la tenencia responsable, sino que también contribuye al bienestar general de la comunidad y al cuidado del medio ambiente.
