Automedicarse y el daño renal

Las personas que toman rutinariamente algún AINE deben estar bien hidratadas para mantener un flujo sanguíneo renal óptimo

Vanefropedia

Dra. Vanessa A. Parra Estrada

Nefróloga Pediatra

Te aseguro que más de una ocasión has tratado algún síntoma auto recetándote medicinas, y no te ha costado nada de trabajo comprarlo en la farmacia, sin saber si esa pastilla, jarabe o gragea tiene algún riesgo o efecto secundario.

El consumo de medicamentos es una causa común de lesión renal. Se estima que hasta el 20% de los pacientes hospitalizados que reciben algún tipo de tratamiento tendrá daño renal solo por el hecho de recibir medicamentos.

Todos los medicamentos indicados para tratar enfermedades o síntomas, de alguna u otra forma son metabolizados o desechados por nuestros riñones. En conjunto con el hígado, el filtro natural de nuestros riñones elimina los restos de las sustancias activas que consumimos.

Conociendo lo anterior, ¿qué pasa cuando nos auto recetamos medicamentos sin supervisión médica? El riesgo no solo está en intoxicarse por una incorrecta dosis, también existe el combinar sustancias que pueden ser tóxicas para el hígado y riñones, o incluso su consumo crónico podría desarrollar poco a poco pérdida de las células renales.

Existen condiciones médicas que hacen más propensas a las personas de tener daño renal por medicinas, como ser mayor de 60 años, consumir de rutina más de 2 medicamentos diarios, el tener una enfermedad renal preexistente, o auto medicarse de forma rutinaria tratamientos para aliviar síntomas, sin acudir a recibir atención médica para tratar directamente el problema.

Los ejemplos más comunes son las personas que sufren de dolores crónicos de rodilla, espalda, cabeza, etcétera, y consumen medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, los famosos AINEs, estos son: Diclofenaco, Ketorolaco, Naproxeno, Ketoprofeno, entre otros.

El uso crónico de AINEs está asociado con riesgo de desarrollar complicaciones gastrointestinales como gastritis erosiva, úlceras, hemorragia digestiva, cardiovasculares (Hipertensión arterial) y renales como insuficiencia renal.

Las personas que toman rutinariamente algún AINE deben estar bien hidratadas para mantener un flujo sanguíneo renal óptimo. Factores como la Hipertensión Arterial, deshidratación y las circunstancias que la favorecen (gastroenteritis, fiebre, insuficiencia cardiaca, cirrosis con ascitis, toma de diuréticos, o bebidas con cafeína) empeoran el flujo renal y producen más daño.

La toxicidad renal aumenta a medida que aumenta la dosis y la duración del tratamiento. Sus efectos renales pueden acentuarse a partir de los 7 días hasta 30 días después de su inicio.

Si se considera que el tratamiento con AINE es absolutamente necesario (dolor crónico intratable, enfermedades reumáticas), debe utilizarse la dosis eficaz más baja posible y durante el menor tiempo y siempre supervisada por un médico con vigilancia de la función renal.

Recuerda que todo lo externo a nuestro cuerpo en cierta medida puede ser tóxico, lo importante es ser consciente de los efectos secundarios de los medicamentos y una adecuada asesoría médica.

¡Cuida tus riñones, cuida tu cuerpo!