Comunicarse en Familia tiene su chiste
Por: Livier Nazareth
Psicóloga
No hay nada como una comunicación clara y sana para que las relaciones familiares marchen sobre ruedas. ¿Qué tal anda tu familia en este aspecto? Si crees que a veces se presentan situaciones parecidas al “teléfono descompuesto” u otro tipo de malentendidos, conviene que revises estas cuatro reglas para comunicarse de la mejor manera.
Compartan todo
Ser capaces de expresar todos sus sentimientos, tanto aquellos de amor y aprecio como los de resentimiento y tristeza, es el mejor camino para comunicarse abiertamente en familia. Para lograrlo es muy importante que estemos conscientes de que nadie es perfecto; es decir, ser tolerantes. Si practican esta técnica de abrirse ante los demás, descubrirán que los momentos que comparten en familia son como un oasis entre la avalancha de problemas y sinsabores cotidianos. Allí podrán llegar y olvidarse del mundo por un tiempo.
Tengan opinión propia
No acostumbres a tus hijos a que alguien más explique por ellos lo que sienten y piensan. Si lo haces, no aprenderán a tener opiniones, y mucho menos serán capaces de expresarlas en la vida diaria. Fomenta el que, en tu familia, cada quien hable por sí mismo y defienda su punto de vista. Por supuesto, esta libertad de expresión no debe interferir con la disciplina que prive en tu casa. Tampoco deben estar de acuerdo todos con las opiniones de los demás.
Permitan la libertad de expresión
Las discusiones familiares en las que se permite opinar y compartir pensamientos democráticamente, ayudan a los niños a aprender las herramientas necesarias para alcanzar sus metas en la vida. El pensamiento crítico es un proceso que debe aprenderse en el seno familiar.
Respétense
Es lógico que, mientras más nos sentimos tomados en cuenta, más fácilmente podemos comunicarnos en familia. Tratar a los demás siempre con respeto, aunque no estemos completamente de acuerdo con lo que sienten o piensan, es muy benéfico. Nadie debe sentir que no es importante en la familia. Vigila que no se presente este problema en los hermanos menores, quienes son los más vulnerables. Dedícales un poco más de tiempo a los niños pequeños, pues todavía no tienen el vocabulario ni la rapidez de expresión de los miembros mayores. Y recuerda siempre, “Que lo más importante nos es lo que dices, sino como lo dices”
¡Hasta la próxima!
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