Los Arcos del Malecón
Voceros Incansables / Por Félix Fernando Baños
Los Arcos se instalaron como parte de la remodelación de la plaza Aquiles Serdán, hecha por la Junta Federal de Obras Materiales bajo la dirección del ingeniero Alberto Uribe Valencia, para recibir la visita a Puerto Vallarta de los Presidentes de México, Lic. Gustavo Díaz Ordaz, y de los Estados Unidos de América, Mr. Richard Milhous Nixon, el 20 y 21 de agosto de 1970.
Tras haber creado junto a la calle Zaragoza la gradería de un teatro al aire libre al estilo de los griegos de la época clásica, Los Arcos se pusieron sobre un poyo para enmarcar su escena, con la particularidad de que aquí constituyen una mera y afortunada evocación arquitectónica, pues en este caso el fondo del escenario lo constituyen el mar y el firmamento, unidos en el horizonte.
Los Arcos probablemente provinieron de un edificio del siglo XVIII demolido. Según algunos, pertenecían a una hacienda de la familia del ingeniero Alberto Uribe Valencia. Otros señalaban que, por sus características, más bien pudieran ser los restos de un convento de monjas. En efecto, los cuatro arcos parecían haber sido hechos para un claustro y hasta se apoyan en pedestales parecidos, a pesar de su sencillez, a los lujosos de la fachada oriente del templo de Santa Mónica en Guadalajara.
Los Arcos se tallaron de la típica cantera oscura tapatía, cargada de fragmentos volcánicos, material muy perecible para estar a la orilla del mar.
De hecho, una foto tomada por Mario de Llano en 1981 mostraba ya afectadas, en diferente grado, tres de sus cinco columnas. La central se ve ligeramente desgastada en la mayor parte de su superficie, sobre todo junto al toro. Pero en la siguiente, hacia el norte, el desgaste en ese punto es notable, además de haber perdido parte de la base y del zócalo. La última columna hacia el norte se ve bastante carcomida también junto al toro y su base está maltratada.
Un año después, en 1982, un ventarrón derribó Los Arcos, quedando solamente en pie las columnas. Al reconstruirlos, se ahuecaron las dovelas para introducirles una armazón de varillas y luego concreto. Los efectos visibles de la erosión se fueron paliando en forma sucesiva con remiendos de cemento.
El 25 de octubre de 2002 el ciclón Kenna derribó otra vez Los Arcos. Pero, en esta ocasión, el viento no desprendió las dovelas individualmente como en 1982, sino que se llevó Los Arcos en conjunto, debido a la fuerte resistencia que le opuso la unidad compacta que formaban al haberse armado con varillas y concreto, y sin tener más sostén que el débil de las columnas, las cuales finalmente fueron despedazadas por los mismos arcos al arrastrarlas en su caída. Como obsequio a Puerto Vallarta, el H. Ayuntamiento de Zapopan, presidido por el doctor Macedonio Salomón Tamez Guajardo, financió la copia de Los Arcos, encargando su talla al maestro Martín Distancia Barragán. Esa copia, terminada en diciembre de 2002, son Los Arcos actuales.
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