La acapulquización de Puerto Vallarta
- Una de las colonias más tradicionales del municipio perdió su identidad con la saturación de edificios
Por: Miguel Ángel Ocaña Reyes
Desde hace más de una década se hicieron advertencias desde diversas tribunas, la Secretaría de Turismo de Jalisco, la Secretaría de Cultura del estado, asociaciones civiles, organismos empresariales, colegios de profesionistas, universidades y otras voces que anunciaban la inminente “acapulquización” de Puerto Vallarta.
Dichas voces fueron ignoradas o subestimadas por las autoridades en turno, que permitieron y autorizaron la construcción, a diestra y siniestra, de una gran cantidad de edificios en la colonia Emiliano Zapata, que poco a poco vio su fin como parte del centro histórico de la ciudad para convertirse en la Nueva Zona Romántica de Puerto Vallarta, dando así inicio puntual a la anunciada “acapulquización”.
En 2018 la colonia Emiliano Zapata Poniente es la imagen de lo que no debe suceder en un destino turístico, en particular de Puerto Vallarta, al destruir la imagen de un pueblito típico para convertirse en un área saturada de edificios, algo que fue mal entendido como desarrollo, y que hoy en día es la viva imagen de la voracidad y ambición desmedida que sólo beneficia a unos cuantos empresarios de los llamados golondrinos (que construyen en varias ciudades y sus ganancias salen de aquí), dejando en la ciudad graves problemas urbanos ante la falta de infraestructura y servicios adecuados para soportar dicha carga urbana.
La Zona Romántica de Puerto Vallarta ocupa una extensión aproximada de 25 hectáreas distribuyéndose en 37 manzanas estructuradas con una traza reticular delimitada por la calle Insurgentes (oriente), por porciones montañosas y calle Púlpito (sur), por el mar (poniente) y el río Cuale (al norte), en esta área se encuentran la mayoría de los desarrollos inmobiliarios que han terminado con una imagen que sobrevivió hasta hace poco, y que se prolongaba hasta las colonias Altavista, Amapas y Conchas Chinas.
EVOLUCIÓN TURÍSTICA
Durante su evolución turística, se instalaron hoteles tradicionales (Marsol, Tropicana, Delfín o Los Arcos) y unidades departamentales a borde de playa y de montaña. La oferta recreativa se complementó con una variedad gastronómica, lúdica y comercial, lo cual favoreció la intensa ocupación del territorio incrementando la demanda y popularidad entre la comunidad de residentes extranjeros en particular del segmento LGBT. El trabajo de los colonos y la asociación de vecinos le dio a esta zona una personalidad única que el turismo y los habitantes locales disfrutaron durante varios años, un esplendor que llamó la atención de los desarrolladores y que se convirtió al mismo tiempo en su perdición.
La expansión inmobiliaria en la Zona Romántica ha provocado un fuerte proceso de transformación urbana, en particular con la construcción de edificios de departamentos. De 2010 a la fecha se han edificado más de veinte desarrollos inmobiliarios traducidos en casi novecientas unidades habitacionales nuevas edificadas en 23,596.53m2 de terreno. Adicionalmente, se han otorgado licencias de construcciones para más emprendimientos.
IMPACTO DE LA URBANIZACIÓN
Dicha transformación genera, entre otros problemas: 1) fuerte presión a los sistemas de servicios existentes (agua, luz y drenaje). Movilidad, transporte, estacionamiento, escaso espacio público; 2) gentrificación, segregación y exclusión socio-espacial; 3) competencia desleal con el sector hotelero ya que muchas de estas unidades son rentadas por portales especializados en hospedaje como AirBnB.
Es de destacar que en la “Nueva Zona Romántica” sobresale el excesivo número de unidades privativas autorizadas que rebasa los 229 departamentos facultados de acuerdo a los instrumentos urbanísticos vigentes (Correspondientes al Plan Parcial de Plan Parcial de Desarrollo Urbano “Los Muertos” y de Plan de Desarrollo Urbano de Centro de Población 2006). Es decir, se edificaron 649 unidades adicionales sin que se tenga la explicación técnica sobre el particular, saldo que los promotores recurrieron a la modificación de normal de control aprovechando el recurso del Estudio Técnico Justificativo (ETJ).
El precio promedio de cada departamento se ubica entre 220 mil dólares norteamericanos, se calcula que la plusvalía obtenida es superior a 142 millones de dólares sobre los derechos de desarrollo consignados en los instrumentos de planeación urbana.
El fin de la Zona Romántica tradicional y la acapulquización de Puerto Vallarta es una realidad debida a gobiernos municipales permisivos, de todos los partidos políticos, que poco hicieron para defender la imagen de un destino que presumió durante muchos años de una personalidad propia que hoy en día ya no existe, que sin embargo insiste en pregonar en su promoción en el extranjero.
En este punto de no retorno, es necesario que los ciudadanos reflexionen sobre su responsabilidad en la omisión, el desinterés, la apatía de no saber defender la identidad tradicional de este puerto que a pasos agigantados está dejando de ser el paraíso que hasta hace pocos años era Puerto Vallarta.