Síndrome de Agotamiento Profesional de los Médicos…
Por: Dr. Raúl Morales
Estimados amigos, esta columna comúnmente está diseñada para describir con detalle enfermedades o padecimientos muy comunes o muy raros que afectan a nuestra población, pero sirven de orientación y es parte del mensaje de educación en salud que nuestra institución Biomedical Center de Occidente ofrece a la comunidad.
Por primera vez, en esta ocasión abordaremos un tema que comúnmente no se conoce, porque este cuadro clínico casi es exclusivo y se presenta en el personal que atiende la salud, como sería el caso de los médicos, enfermeras, técnicos de laboratorio y radiología, químicos, psicólogos, trabajadores sociales, etcétera.
Se ha denominado Síndrome de Agotamiento Profesional que afecta al personal de salud antes mencionado, que por sus manifestaciones clínicas evidenciadas en signos y síntomas, puede desarrollar durante algún momento de su actividad.
Sus principales manifestaciones
Afecta primordialmente en su rendimiento personal y por supuesto, afecta también su vida social y familiar, lo que genera una cadena de repercusiones que pueden llegar a deteriorar las relaciones tanto entre colegas, como entre compañeros de trabajo, afectando desde el director de un hospital, los jefes de servicio, hasta involucrar a los más modestos trabajadores, incluyendo personal auxiliar de la salud, lo que afecta todo el entorno laboral así como el académico, ya que comúnmente los hospitales son verdaderas escuelas para los futuros médicos.
Todas estas alteraciones o cambios en la conducta de estos profesionales, pueden conducir a la comisión de errores y negligencias médicas, fricciones entre colegas y compañeros, repercutiendo negativamente en el medio laboral de los trabajadores de la salud, reduciendo su productividad, con esto aumentan las reclamaciones y las demandas, incrementándose también el ausentismo laboral, ya que con cualquier pretexto algunos profesionales de la medicina con o sin justificación solicitan incapacidades o simplemente meten justificaciones, y es por eso que decidimos escribir este artículo, para definirlo como un problema, producto del cansancio y el hastío durante sus jornadas de labores en las que atienden a tanta gente, y que son rebasadas por este proceso social morboso con afectación a nivel físico y sobre todo en el área psicosocial, pero que a veces no nos damos cuenta de la magnitud de este problema de salud que ocurre principalmente en los médicos.
Cuando este fenómeno no muy definido aparece mayormente en el presente siglo XXI, imposible de compararse con la vocación y el trabajo de este mismo personal médico en el siglo pasado, aumentando en forma considerable los estados depresivos en estas personas, las dificultades para acotar problemas, en algunas ocasiones, se solapan actos de algunos de estos personajes, sin embargo, siempre van a ir a un peligroso estado de estrés, con depresión y dispersión del pensamiento, formulándose errores de apreciación y de tacto, perdiéndose también la actitud cortés que estas personas deben tener con los pacientes.
Factores predisponentes
Por lo publicado se han identificado diferentes factores que pueden ser predisponentes, así como diferentes factores que pueden ser desencadenantes y por supuesto algunos factores de riesgo a nivel laboral, y esta es la razón del presente artículo, para que nuestros compañeros médicos y enfermeras principalmente, tengan buena comunicación y buenos pensamientos, creyendo siempre en la verdad y sinceridad de las personas.
Con el cambio de estas actitudes habrá más sinceridad, y estos profesionales de la medicina aprenderán a tener control, actuando, pensando y creyendo en la influencia positiva sobre sus semejantes; compañeros médicos, enfermeras con una gran repercusión a favor de los pacientes que participan directamente en el cotidiano ambiente laboral.
El reto de afrontar el cambio
En conclusión, el reto para estos profesionales es afrontar el cambio como una oportunidad y una maravillosa ocasión para lograr el crecimiento y la madurez profesional, facilitando la flexibilidad y desarrollando una agilidad en la adaptación.
Desde el punto de vista social, este síndrome se traduce como una epidemia trágica que se disemina rápidamente, principalmente en los países desarrollados, y que al final también va a trascender en los países llamados del tercer mundo, pero que tiene un pronóstico muy catastrófico porque erosiona en forma progresiva las relaciones interpersonales en el ambiente de la salud.
Desafortunadamente, este Síndrome es muy complejo y poco comprendido, y a veces aparece en forma automática por sobrecarga laboral, medio ambiente contaminado por estrés, depresión y enfado, lo que repercute en una deficiente atención a los pacientes.
Un fenómeno que afecta a todos
En mi medio de trabajo como director del Hospital Regional de Puerto Vallarta, he constatado con tristeza, cómo algunos de los profesionales de la salud; enfermeras, médicos, camilleros, químicos, trabajadores sociales, etcétera, que tienen directamente contacto con los pacientes y sus familiares, llegan a presentar consciente o inconscientemente este síndrome haciendo malas caras, demostrando mal genio y hartazgo en el medio ambiente intrahospitalario y de la consulta externa.
Desafortunadamente, ese fenómeno lo va a notar inmediatamente tanto el enfermo como los familiares, por lo que en forma automática aparecen las quejas, las dilaciones, las demandas y se pierde el fino trato humano, con gran repercusión directamente con el resto de las personas, lo que favorece un sinnúmero de incomodidades relacionadas principalmente por una atención poco humana y que incrementa un estado de fricción y de choque, pero desafortunadamente esto favorece a que se cometan errores, aparezcan quejas justificadas o no, y puede incluso llegar a un estado de mala práctica que puedan terminar en agravamiento del cuadro del paciente, o incluso la muerte que puede ser etiquetada como negligencia, y puede existir una formal acusación en los tribunales dirigida al mismo personal de salud que está afectado del Síndrome de Agotamiento Profesional en Medicina.
Si tiene usted algún comentario comuníquese al teléfono 293 6161 o al correo de nuestra institución drmorales1999@gmail.com