Réplica y Copia
Voceros Incansables / Félix Fernando Baños
Un lector me preguntó por qué “El Niño Sobre el Caballo de Mar”, del maestro Francisco Rafael Zamarripa Castañeda, instalado en el Malecón, es una réplica del original que está en la playa de Pilitas, y no una copia. Aparte de responder personalmente a su mensaje, me pareció que hacerlo aquí podría ser útil asimismo para otros lectores.
Necesitamos partir del significado de “original”, que el diccionario define como “una obra científica, artística, literaria o de cualquier otro género, resultante de la inventiva de su autor”.
La Ley Federal del Derecho de Autor obviamente circunscribe el concepto de autor a las bellas artes, diciendo que “es la persona física que ha creado una obra literaria y artística”.
La copia es la “obra de arte que reproduce fielmente un original”, nuevamente según el diccionario. La copia también es original por lo que respecta a su autor, el copista; pero no es primigenia, sino derivada, porque reproduce una obra de otro autor. Un ejemplo es la copia en piedra de “El Niño Sobre el Caballo de Mar”, que talló el maestro Martín González Ibarra en 1978 por encargo del H. Ayuntamiento de Puerto Vallarta para obsequiarla a Santa Bárbara y que se encuentra en la Marina de esa Ciudad Hermana. En la foto, subida por Mikal Chico al sitio de los Patasaladas, se pueden ver las diferencias con la escultura del maestro Zamarripa copiada, particularmente las olas añadidas, sin las cuales no se habría podido sostener el caballito de piedra.
Hay dos maneras de entender ¨réplica”. La más usual significa la reproducción exacta de un original único, con el propósito de poderlo exhibir públicamente sin peligro, pues su pérdida o deterioro causaría un daño irreparable al patrimonio de la humanidad. Un ejemplo de este recurso son las exposiciones temporales viajeras de los objetos hallados en la tumba de Tutankamon, cuyos originales no pueden salir del museo del Cairo.
La otra manera de entender “réplica” es la repetición que hace un autor de una obra suya, lo que ha acontecido con algunas pinturas famosas, para que diversos propietarios tengan el mismo original.
El maestro Francisco Rafael Zamarripa Castañeda creó “El Niño sobre el Caballo de Mar” exclusivamente para la playa de las Pilitas, y por eso no se conservaron los moldes para hacer otro vaciado. Ante la negativa de la gente a su traslado al centro de la ciudad, quedaban dos caminos al escultor. Uno era sacarle moldes in situ a la escultura, tarea muy difícil por el embate de las olas; el otro, hacer una réplica. El escultor prefirió el segundo, y volvió a hacer la misma obra, “El Niño Sobre el Caballo de Mar”.
La costumbre quiere que el autor introduzca ligeras variantes en la réplica para distinguirla del original. Así sucede en este caso. La escultura del Malecón es mayor que el original de Pilitas y la curva de la cola del caballito es un poco distinta, por ejemplo. fbanoslopez80@gmail.com