Ser pensante

En la actualidad, una de las concepciones en boga es el auto determinarse como un “ser pensante” para referirse a sí mismo como un ser “diferente” al común denominador y dejar de lado el trillado concepto “ser humano”.

Es por ello que dentro de los enigmas que implica el conocer a profundidad la verdadera esencia del ser humano moderno, con su gran cualidad que le otorga hasta cierto punto un rasgo de divinidad, es la conciencia, incluso antes de la capacidad de razonar.

Pero también, dentro de ese gran inventario de aptitudes y cualidades que nos distinguen del resto de los seres de este mundo, es el grado y la forma en que se desarrolla la conciencia y es ahí donde existe una marcada diferencia.  

Es por ello que, además de ser un ente social, esas cualidades innatas como la capacidad de razonamiento y el desarrollo de la conciencia, también se tiene la percepción de la vida y la muerte, la capacidad de organizarse en grupos sociales que generan códigos éticos para la supervivencia de la especie, para lo cual se utiliza el lenguaje como medio para comunicarse con sus semejantes.  

De la misma forma, filosóficamente hablando, el ser humano es “un ser auto perfectible, no en cuanto a su esencia (ser) sino en cuanto a su obrar (hacer). Esto significa que existe un vínculo entre su dignidad y la calidad de sus actos. Una persona será digna mientras obre dignamente”.

Ahora bien, dado que “Sócrates concibe al hombre como un ser dotado de un alma capaz de pensar y de razonar, y encuentra que esta capacidad es lo que más esencialmente define al hombre, concluye que la excelencia o la areté de éste habrá de consistir en el ejercicio de dicha capacidad”.

En un amplio sentido y en términos del pensamiento, se refiere a los procesos cognitivos conscientes que pueden ocurrir independientemente de la estimulación sensorial. Sus formas más perfectas son el juicio, el razonamiento, la formación de conceptos, la resolución de problemas y la deliberación”.

Ahora bien, ya que todos fuimos creados con la misma materia, ¿qué es lo que nos da ese plus?, ¿qué es lo que distingue a un ser humano de un ser pensante? La respuesta, es muy sencilla: Sus acciones.

Para ello, es importante comprender que las personas sólo entienden desde su nivel de percepción, desde su nivel de conciencia y desde su nivel de educación. Ahí es donde se refiere a este hecho con una diferencia abismal entre estar “dormido” o “despierto” lo que no es otra cosa más que el grado de desarrollo de la conciencia que cada persona está generando.

Si no se comprende lo anterior, el sojuzgamiento lo único que brindará será desesperación y amargura por no entender tanto el razonamiento, como los actos estériles por parte de los generan conflictos en los diversos grupos sociales.

Por lo tanto, las características principales que están desarrollando los seres pensantes o despiertas, es que tienden a limitar al ego, esto con todos sus deseos, ambiciones y apegos. También suelen tener una mente en calma, en paz consigo mismas y con todo lo que les rodea.

Otra característica de las personas despiertas es que les preocupa un bledo las posesiones físicas, las ambiciones personales, no persiguen la fama, ni la fortuna, por lo tanto, no requieren la aprobación de los demás para existir, solamente viven y dejan vivir.

También, una de sus características principales es que son personas altamente altruistas y compasivas tanto con el medio ambiente como por sus semejantes. Por lo que son muy empáticos con el dolor y el sufrimiento de los demás. Y es precisamente por la conexión con todo lo que es, que se deriva en esta cualidad.   

Las personas despiertas, sólo fluyen y nada las detiene, los obstáculos son meras piedras en el camino que se pueden y deben sortear. En otras palabras, todo es parte del camino y al andar en él se aprende. Sólo es cuestión de decidir el sendero. De lo demás se encarga la existencia. http://letrassahumerias.blogspot.com/