El retorno de las políticas nacionalistas en México

La reforma eléctrica incluye reservar al Estado y a la CFE, la generación de la energía eléctrica, el Litio y otros minerales estratégicos

Hablemos en serio

Dr. Javier Orozco Alvarado

Investigador de El Colegio de Jalisco, A.C.

Este mes de octubre se celebra el sesenta y un aniversario de la nacionalización de la CFE (Comisión Federal de Electricidad); iniciativa que fue promovida por el presidente Adolfo López Mateos y aprobada el 21 de octubre de 1960.  Era una época en que el PRI todavía era un partido revolucionario, nacionalista y republicano, que estaba del lado de las grandes masas de la población, de los pobres y de los marginados de México.

Tanto la expropiación de la industria petrolera impulsada por Lázaro Cárdenas en 1934, como la nacionalización de la CFE, vinieron a mejorar las condiciones económicas y de vida la población, pues según la AMUVIE, entre 1949 a 1960 sólo el 44 por ciento de los mexicanos tenían acceso a la energía eléctrica. Sobre todo porque durante 55 años las dos empresas extranjeras que controlaban el servicio eléctrico, la Mexican Light and Power y la American Foreing Power,  vendían la electricidad a un precio 4 a 1 respecto al de la CFE. La nacionalización de la energía eléctrica le permitió al país un importante periodo de crecimiento, prosperidad y mejoramiento social.

Con la llegada de los gobiernos neoliberales del PRI y del PAN, a partir del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, en 1992 inició el proceso de apertura y  reprivatización de la energía eléctrica; posteriormente, durante el gobierno de Felipe Calderón, el 11 de octubre de 2009 se decretó la extinción de Luz y Fuerza del Centro con el fin de ir desmantelando la industria eléctrica nacional

Ya durante el gobierno de Peña Nieto, con el apoyo de las bancadas del PRI, PAN y PRD se aprobó el 12 de agosto de 2013 la reforma energética para permitir la inversión extranjera en producción de hidrocarburos y energía eléctrica, con el argumento de que bajarían los precios de los energéticos, habría mayor crecimiento económicos y mejoraría la oferta de trabajo

Frente al fracaso de las reformas energéticas desde Salinas de Gortari hasta Peña Nieto, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador viene proponiendo  una reforma eléctrica en la que el 54% de la energía que requiere el país sea abastecido por la CFE para evitar el control monopólico u holigopólico de los precios y el servicio. Por tal razón su reforma propone cancelar los permisos de generación de electricidad otorgados a empresas privadas y extranjeras, así como los contratos leoninos de compraventa de electricidad con el sector privado.

La reforma eléctrica que promueve el presidente incluye reservar al Estado y a la CFE, no sólo la generación de la energía eléctrica sino también el control del Litio, minerales radioactivos y otros minerales considerados estratégicos para la transición energética. De esa manera, el Estado será el responsable del desarrollo científico, tecnológico e industrial del país para lograr un desarrollo sustentable.  Se busca con esta reforma la autosuficiencia energética, la reducción de costos para la actividad económica, para las familias y para la generación de empleos directos en este sector.

Desafortunadamente, para que la reforma energética pueda ser aprobada en favor de todos los mexicanos se requiere de casi 60 votos a favor en la Cámara de Diputados y menos de 10 en el Senado de la República para lograr la coalición que le permita al presidente modificar la Constitución en favor de la reforma.

Siendo generosos con el PRI, podemos decir que todavía quedan algunos pri-istas que tienen memoria de lo que fue su origen y del compromiso que un día tuvieron con el pueblo. Porque es bien sabido que gran parte del viejo PRI era revolucionario y nacionalista, mientras que el nuevo PRI se volvió tecnócrata, retrogrado y neoliberal. Por eso, a quienes apela ahora el presidente es a aquellos que fueron un día auténticos pri-istas o que conservan todavía una parte de su origen nacionalista.

Esperemos que algunos revolucionarios del PRI apoyen la iniciativa de reforma energética, porque es evidente que en su afán opositor, ni el PAN ni el PRD estarán de acuerdo con revertir una reforma anti popular de la que en 2013 ellos también fueron parte del saqueo a la nación bajo la mal llamada Alianza por México.