Bioseguridad y los nuevos retos de la pandemia

Marco Antonio Inda Caro Médico de Familia

La reapertura de los negocios, restaurantes, hoteles y otros giros permitidos, hicieron un retorno adecuado y muy efectivo en las medidas de bioseguridad para el mismo personal

El romper la cadena de transmisión del nuevo COVID-19, implica un esfuerzo enorme de la sociedad, de todos, incluyendo las expectativas laborales a las que no estábamos preparados. El descubrir una vacuna que sea eficaz contra este patógeno, es una proeza, va a remediar de forma temporal la presencia del nuevo patógeno, sin embargo, la existencia de nuevos virus que constantemente se encuentra replicándose y transformando su estructura, hace que cada cierto tiempo de su ciclo vital reaparezcan más virulentos, siendo más agresivos a nuestro sistema inmune, asociado a esto, el deteriorado sistema político nacional de salud.

El daño inminente de los ecosistemas, las ideas occidentales, capitalistas y las añejas costumbres inertes y presentes en la sociedad, hace difícil el frente a estos nuevos retos.

¿Por dónde empezar? Tenemos que cambiar el pensamiento lógico, lo cual cada día es más complicado, de aquellas personas que piensan en las creencias divinas, las apóstrofes (figura retórica que consiste en interrumpir brevemente el discurso para invocar con vehemencia a seres reales o imaginarios, ejemplos cotidianos de la región: me acaba de picar un zancudote, estoy seguro que me va a dar dengue; la iniciativa no es que le haya picado un mosquito, sino que debe de evitar el ciclo de reproducción del mosquito con saneamiento adecuado; le pedí a la virgencita que me acepten sin cubrebocas en mi trabajo, porque siento que me ahogo, y le pido de favor me pueda extender una carta donde se explique que yo no puedo usar el cubrebocas por la rinitis alérgica), los coloquios, que son las reuniones entre dos o más personas con un fin común, no dejan de cesar, siendo una madriguera de infectados, en los jóvenes un arma de doble filo, que es más común que disparen hacia afuera que hacia dentro, y en los niños una tierna daga que como blanco de ambos, son las personas vulnerables de la tercera edad, personas con enfermedades crónicas degenerativas y cáncer.

¿Realmente estamos haciendo un alto a la cadena de transmisión o la estamos perpetuando? El alto a la cadena de transmisión consiste en evitar la propagación del virus hacia nuestro entorno, la llamada aerosolizacion del virus en el medio ambiente es esencial para efecto de transmisión de este, siendo obligado por vía aérea, preferencial de aerosol y oportunista en condiciones ambientales naturales ¿qué se necesita para evitar su propagación? el uso de cubrebocas  OBLIGATORIO. El perpetuar la transmisión de este, es continuar con las medidas actuales de no uso del cubrebocas, no sanitizar las superficies durante su uso y estancia, la aglomeración de personas y una deficiente divulgación por medios de comunicación de la enfermedad.

El nuevo retorno a nuestras actividades laborales representa un reto que tienen que vivir los trabajadores a quienes el simple hecho de no tener un trabajo, merma significativamente en el gasto familiar. La reapertura de los negocios, restaurantes, hoteles y otros giros permitidos, hicieron un retorno adecuado y muy efectivo en las medidas de bioseguridad para el mismo personal a quienes afecta preferentemente en el bolsillo, en su estado de salud y en las probables secuelas permanentes posteriores a la COVID-19.

Si esta NUEVA MODALIDAD de retorno, continúa en su propio hogar, se esperaría buenos resultados en un futuro a priori y a posteriori de utilizar los nuevos conocimientos aprendidos en esta nueva pandemia y así romper efectivamente la cadena de transmisión.

Al hotel Decamerón acudí

En el restaurant Rodizzio cené

En su alberca me bañé

Y del personal me impresioné

Vuela, vuela aguililla

Y en tus alas lleva este mensaje

Que el personal del hotel Decamerón

Romperá la cadena de transmisión con coraje