Vialidades colapsadas

La ciudad imaginada / Dr. José Alfonso Baños Francia

Es oportuno poner orden entre los motoristas, aplicando sanciones a quienes no respeten los reglamentos y reduciendo la impunidad y corrupción

El jueves 30 de marzo, una persona conocida hizo un comentario en redes sociales acerca de la lentitud con que se desplazaba a su casa después de concluir con su jornada laboral. Apunté, en tono de broma, que vendrían cosas peores y casi me convierto en profeta cuando al día siguiente, un grupo de manifestantes contra el programa de verificación vehicular de Jalisco, cerró por varias horas una porción de la avenida Medina Ascencio.

Independientemente de la pertinencia de implementar un sistema de revisión a los niveles de contaminación en los automotores de la entidad o los motivos de quienes tomaron la calle, el hecho derivó en una jornada caótica, dejando una estela de daños expresadas en retardos o inasistencias a trabajar, cientos de viajeros que no pudieron tomar sus vuelos o emergencias médicas que pusieron vidas en riesgo.

Desde hace unos años, el sistema de movilidad en la región está colapsado, siendo rebasado por la gran cantidad de vehículos en este destino turístico. Un factor es la alta dependencia de vehículos privados para moverse, llevando pocos usuarios en muchas unidades y saturando la capacidad de desfogue de las vialidades. A ello se agrega la mala calidad en la prestación del transporte público, que traslada diariamente al 70% de los pasajeros en nuestro contexto.

También sobresale una inadecuada red vial basada en pocas avenidas de alto flujo, que corren en sentido norte-sur, como acontece con la Medina Ascencio, México y Francisco Villa. La única vía relevante en dirección oriente-poniente es Los Poetas y ello se debe a las características topográficas que han condicionado el proceso de expansión urbana.

Otro factor altamente explosivo son las prácticas de los motoristas (ya sean camiones, autos o motos) que no respetan el reglamento de tránsito al incrementar la velocidad, invadir carriles y dirección, así como violentar el sentido de los semáforos.

Para resolver la anárquica movilidad regional es urgente tomar medidas valientes y generosas que impliquen la gobernanza entre gobierno y sociedad. Un tema toral es comprender a la movilidad desde una perspectiva integral. Ello pasa por volver atractiva la experiencia de utilizar el transporte colectivo, adaptando carriles especiales confinados para las unidades, alentando que los conductores tengan altos estándares de calidad en su labor y que los usuarios puedan pagar la tarifa con una tarjeta electrónica integrada.

Es oportuno poner orden entre los motoristas, aplicando sanciones a quienes no respeten los reglamentos y reduciendo la impunidad y corrupción que parece prevalecer entre los agentes del orden y los choferes. Si bien son muchas las zonas que los policías viales tienen que cubrir, pueden auxiliarse de sistemas tecnológicos como cámaras y foto-multas.

Por lo que respecta a los ciudadanos, también podemos aportar con nuestro esfuerzo personal y colectivo para reducir el uso del vehículo privado, o de las prácticas egoístas que nos hacen competir en la vía pública lejos de vernos como colegas en el afán diario por desplazarnos con dignidad y eficacia.