El valor de la educación
Por: Néstor Cabral Biurcos
“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. –Nelson Mandela
Uno de los problemas con los que nos encontramos habitualmente, es el hecho de que no somos conscientes de los privilegios que tenemos en nuestra vida, ya que de estos hay muchos y de dichos pocos son los que valoramos. Uno de los menos valorados tristemente, es el de la educación. Una herramienta que no sólo es la base para todo lo que tenemos a nuestro alrededor, sino para nuestro crecimiento personal como individuos.
Vivimos en un mundo donde lo único seguro es que nada lo es, en el cual los cambios repentinos son la base de nuestro día a día. Todo cambia, y lo seguirá haciendo posiblemente por siempre. Por eso es importante estar preparados y conocer. Nuestros estudios básicos y superiores serán por siempre, los que nos rendirán frutos y nos sacarán adelante. Es importante estar apasionado por ellos, y estar convencidos de lo importante que puede llegar a ser.
Quiero aprovechar para compartir con usted, el lector, uno de mis más grandes miedos, el cual ha estado en mi conciencia por ya un tiempo. Ese miedo es el de no ser exitoso, conmigo y hacía con los demás. Es cierto que el éxito es una palabra abstracta, y que nuestra definición de tal puede diferir de la de los demás. Esto es en parte lo que ayuda a que avancemos como sociedad y crezcamos revolucionando. Para mí, el éxito es poder crecer, tener una familia, un trabajo que me guste, y poder vivir de ello, cumplir con mis metas, poder aportar algo a este mundo, algo más valioso que sólo ganancias materiales, pero más bien un cambio positivo en mi comunidad que siga vigente hasta años tras mi muerte. Yo sé que estos planes, serán un producto de mi educación la cual usaré como herramienta para poder cambiar el mundo.
Cuando una persona escucha la palabra educación, es comprensible que la imagen en nuestro cerebro sea la de un libro, lleno de letras y palabras que podamos no entender, o tal vez ecuaciones de algebra que nos sean difíciles de resolver. Pero me gusta pensar que es más que eso, que la educación también se basa en lecciones explícitas que la vida, por llamarlo de alguna manera, nos hace llegar, ya que una persona lista no es sólo la que puede leer un libro de 100 páginas en 2 horas, si no aquella que conoce y que actúa como ejemplo a los demás. Aquella persona que es capaz de resolver conflictos, y que tiene buena interacción con las personas que lo rodean.
Cuando yo hablo de que los jóvenes, y con esto me incluyo a mí en algún momento de mi vida, no valoramos el privilegio de tener una educación de calidad, hablo de las veces que decidimos tomar las tareas a la ligera, o distracciones tontas en clase, descuidos y de más. Actitudes que puedan evitar que podamos aprovechar tales al máximo. Para poder exigir cosas a las personas que toman las decisiones importantes, y aquellas que se encuentran en la cabeza de nuestro país, es necesario voltear primero a ver nuestra sombra y reflexionar si en serio estamos en posición de demandar este tipo de cambios, ya que por supuesto, inician por nosotros.
Para poder vencer mi miedo, me gusta pensar que seguiré educándome, y teniendo un crecimiento personal que a la larga será ese el que me ayudará a hacer de mi comunidad un lugar mejor. En más de una ocasión he escuchado, que a fin de cuentas, lo único que las personas podemos pasar después de nuestra muerte, lo único que podemos transmitir a los demás, no son los bienes materiales, sino la educación que tenemos y el ejemplo que damos. Hacer de esto una realidad es importante para mí. Quiero poder hacer un cambio, y ser recordado por ello. Los invito, a nunca darse por vencidos con los estudios, y que en serio reflexionen en lo importante que es, y lo útil que puede ser tener una educación de calidad, empiecen por ustedes mismos, y verán cómo todo a nuestro alrededor mejora. Gracias y que tengan buen día.