Sueño en otro idioma

Pesa más lo que nunca se dijo

La propuesta temática y narrativa que maneja este largometraje es bastante original, fresca, y concreta

Una perfecta recomendación para aquellos que buscan conocer alternativas del cine naciona

Sebastián Hernández

Cine Crítica

Hay conflictos que simplemente son irremediables; por más que uno quisiera llegar a una resolución, el orgullo, la necedad, e incluso la costumbre, prolongan el distanciamiento entre las personas por años, los cuales parecen una eternidad.

Hay conflictos que uno cree tener con los demás, y tal vez lo que los hace imposible de resolver es el no darse cuenta que el verdadero enfrentamiento es interno, contra sí mismo. Este es el viaje por el que nos lleva ‘‘Sueño en otro idioma’’, el cuarto largometraje del director Ernesto Contreras.

Contreras, ganador en dos ocasiones del Premio Ariel de Plata, nos presenta la historia de Evaristo e Isauro, los últimos dos hablantes de zikril en el país, quienes no se han dirigido la palabra en más de cincuenta años. Dependerá de Martín, un joven lingüista, unir de nuevo a estos viejos amigos y salvar una lengua indígena que está a punto de desaparecer.

La propuesta temática y narrativa que maneja este largometraje es bastante original, fresca, y concreta. No obstante, hay ciertos detalles a nivel técnico que, de haber sido resueltos de manera distinta, hubieran realzado la potente trama que seguro daba para muchísimo más que lo que se presenta en el resultado final.

Uno de los principales problemas en guión y dirección es hacer a Martín (interpretado por Fernando Álvarez Rebeil) protagonista, cuando en realidad la trama debería girar en torno al punto de vista del personaje de Evaristo, el resignado anciano que desterró a su mejor amigo del pueblo. Uno no puede evitar pensar que la cinta funcionaria mejor si pudiéramos ver a profundidad el arrepentimiento que siente este hombre, quien ha vivido frustrado por décadas, en lugar de seguir a un universitario que prácticamente no sufre ningún cambio importante, y cuyo papel en el filme es solo hacer avanzar la trama.

Existen otros desaciertos técnicos (como los cambios inconsistentes del tono, o el abuso del flashback), que bien pueden ser pasados por alto, y en su lugar apreciar las interpretaciones de los verdaderos protagonistas, que enganchan por su naturalidad, así como momentos de calidez en la cinta que la vuelven conmovedora.

Una perfecta recomendación para aquellos que buscan conocer alternativas del cine nacional, con historias que, si bien tendrán dificultad para posicionarse como un éxito comercial debido a que no buscan satisfacer los gustos y caprichos de la audiencia, serán recordadas por atreverse a ser diferentes y novedosas.